Es siempre saludable considerar al Señor Jesús según le revelan los evangelistas Mateo, Marcos, Lucas y Juan.Tuvo perfecto conocimiento de todo. Lea acerca de Él.

“Aún no ha venido mi hora” Juan 24:4

A menudo hemos comprobado lo acertado del proverbio que dice, “No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día” (Proverbios 27:1). Anticipamos ciertos eventos en nuestra vida pero sin que tengamos la certeza de que así acontecerán. Ningún ser humano conoce qué le vendrá el mañana. El Señor Jesucristo no tuvo esas restricciones como las tenemos nosotros. Ya que mantuvo intacta su condición de Dios, aunque estaba en el mundo en forma humana, el Señor sabía de antemano todo lo que le esperaba. Cinco veces en el evangelio de Juan Jesús se negó a hacer ciertas cosas porque diciendo “aún no ha venido mi hora” (Juan 2:4). María su madre le había informado de la escasez de vino. ¿Insinuaba que hiciera algo? Lo que es cierto es que Jesús se desvinculó de ella diciendo “¿Qué tienes conmigo, mujer?” Cuando indicó que su hora no había llegado, estableció que Él estaba en perfecto control de sus actividades sin que interviniera ella.

Por razones desconocidas, los hermanos de Jesús urgieron al Señor a que fuera a Judea para darse a conocer haciendo milagros como una especie de propaganda. Jesús sabía de la hostilidad para con su persona en Judea pero con su respuesta, “mi tiempo aún no ha llegado” (Juan 7:6), se negó a acatar la sugerencia. ¿Cómo podrían los hermanos dar consejos? pues “ni aun sus hermanos creían en él” (v.5). Jesús supo perfectamente bien cuándo debía actuar y no necesitaba consejos de nadie, y menos de personas que todavía no creían en Él. Después Jesús llegó al templo y estuvo en el lugar de las ofrendas, enseñando. A pesar de las intenciones asesinas de los fariseos, “nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora” (Juan 8:20). Llegó el día cuando permitió que le prendiesen, pero fue la hora permitida por Dios y según su plan de redención.

Jesús, al decir que su hora no había llegado, mostraba que tenía conocimiento perfecto de los sucesos en su vida. De igual manera es llamativo cuando Jesús, “levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado” (Juan 17:1). Pronto van a prender a Jesús y se tocará la hora señalada por Dios en la eternidad para hacer posible la salvación del pecador. Nada estaba fuera del control divino. Todo marchaba según el reloj celestial. Tal Salvador que tiene perfecto conocimiento de los tiempos merece nuestra total confianza. –daj

Lectura Diaria:
Exodo 27:20-28:14 [leer]
/Salmos 73:1-28 [leer]
/Hechos 15:36-16:15 [leer]