Si alguien quiere servir al Señor, debe pensar bien en lo que vaya a ser porque el Señor espera lealtad completa.

 

 

Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.” Lucas 9:62.

 

Las palabras escuetas del Señor Jesús citadas de Lucas 9 vienen al final de una conversación del Maestro con tres posibles seguidores. Dijo uno, “Señor, te seguiré adondequiera que vayas” Lucas 9:57. Denota una entrega total al servicio de Jesús. Sin embargo, el Señor sabía que el hombre no entendía todo lo involucrado en ser seguidor de Él. Por eso, usó un ejemplo del mundo animal para indicar que mientras ellos tenían donde refugiarse, no era lo mismo para el Hijo del Hombre, y por ende, sería igual para los que le seguían. “Le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza” v.58.

 

Jesús “dijo a otro: Sígueme” v.59. Es muy posible que hubiera escuchado lo dicho por Jesús acerca de no tener lugar donde recostar su cabeza. No consideró la invitación del Señor como un privilegio.  Prefirió quedarse en su casa donde tenía cama y almohada para su cabeza y pidió permiso para esperar hasta que su padre falleciera. “Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre” v.59. La respuesta de Jesús fue inmediata, “Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios” v.60. Otro se ofreció para seguir al Señor pero quiso ir a despedirse primero de los suyos. Los tres se excusaron de ir con el Señor en forma inmediata. Eso fue el motivo por el cual el Señor declaró que cualquier que diera indicios de querer trabajar y aún llegara a poner su mano en el arado para luego mirar hacia atrás, “no es apto para el reino de Dios” v.62.

 

Es agradable comprometerse con el Señor Jesús. No hay servicio más bendito que el que nos asignara el Señor. En realidad, cuando vivimos sujetos a su voluntad, es sorprendente cuán interesantes son las oportunidades que nos presenta para testificar de Él. En las manos del Señor, la vida está segura y el futuro dorado. Había personas que no eran aptas para servir al Señor, pues pusieron sus propios intereses antes que los del Señor. Los que estén dispuestos a servirle deben aprender el secreto para ello en la exhortación que Dios dio a Josué antaño, “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” Josué 1:9. –daj

Lectura Diaria:
Levitico 23:1-22 [leer]
/Salmos 132:1-134:3 [leer]
/Marcos 8:27-9:13 [leer]