“Con Dios caminó Noé” Génesis 6:9

Aquí tenemos una descripción notable acerca de la vida de Noé. El caminó con Dios. Ya lo mencionamos brevemente que tal como su abuelo Enoc, y probablemente su padre Lamec, Noé manifestó en su vida ciertas características que el escritor del Génesis resume en esta frase tan valiosa. Pero ¿Qué significa caminar con Dios? En la Biblia tenemos el caso de varios hombres además de los mencionados, de quienes se dice que caminaron con Dios, tanto en el antiguo como en el nuevo testamento, pero citaremos sólo dos de ellos.

Tenemos el caso de Abraham. Su siervo va a su tierra natal a buscar esposa para su hijo Isaac y citando lo que su amo le había encomendado nos sorprende con esta frase: “Entonces él me respondió: Jehová, en cuya presencia he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino” (Génesis 24:40). Abraham anduvo en la presencia de Jehová, caminó en la presencia de Jehová, caminó con el Dios eterno.

También está el caso de David, de quien su hijo Salomón dice cuando ora a Dios: “Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo” (1 Reyes 3:7). David es un creyente fiel de la antigüedad, caminó con Dios pese a que cayó muchas veces. de estos ejemplos aprendemos que el caminar con Dios no es un estado de sublimación espiritual y moral, una especie de trance o visión permanente. Más bien corresponde a una vida de devoción, obediencia a pesar de las circunstancias y fe a toda prueba.

Estos ejemplos son inspiradores, pero en el nuevo testamento encontramos que el caminar con Dios es un requisito que se demanda de todo creyente en Cristo. En efecto, el apóstol Juan nos dice claramente:

Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:5-7)

Hay algunos que se dicen creyentes y que pretenden que caminan con Dios, o que caminan con Cristo. A ellos y a nosotros Juan advierte que la única manera de realmente agradar a Dios y caminar con Él es caminar como caminó Cristo, es permanecer en Él. No hay opción: “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1 Juan 2:6). En seguida lo refuerza: “Y ahora, hijitos, permaneced en él” (1 Juan 2:28). Para el creyente del siglo 21 caminar o andar con Dios incluye la comunión continua, la oración como hábito, la lectura y meditación de la Palabra, la alabanza frecuente, la congregación con los creyentes, la esperanza de su venida. Noé nos muestra que es posible caminar con Dios en un mundo corrupto, Juan nos enseña que caminar con Dios es un distintivo que todo creyente verdadero debe manifestar. ¿Camina usted con Dios?. rc

Lectura Diaria:
Josué 23 [leer]
/Isaías 17-18 [leer]
/2 Tesalonicenses 2 [leer]