Después del diluvio, mientras Noé y los suyos más los animales están en el arca, vemos en este hombre la expresión de la fe verdadera y la confianza obediente que tiene en Dios. Su ejemplo nos enseña a actuar como a Dios le agrada, según veremos. Dice la Biblia que al cabo de 40 días después del mes décimo del inicio del diluvio, “abrió Noé la ventana del arca que había hecho, y envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que se secaron las aguas de sobre la tierra” (Génesis 8:7). Luego envía una paloma que reenvía siete días después y vuelve a enviar 7 días después. Finalmente sale del arca con los suyos cuando Dios le da la orden. Hay varias lecciones que podemos extraer de esto, acerca de cómo actuar.

En primer lugar, Noé tiene la esperanza de que las aguas se hayan retirado. Abre la ventana del arca para mirar porque tiene esperanza. Asimismo el creyente espera en Dios. En segundo lugar, vemos un patrón de devoción en la actitud de Noé al enviar las aves fuera del arca. Muy posiblemente esto ocurre en el séptimo día, el día del reposo semanal ordenado por Dios, probablemente después de alguna reunión de gratitud y súplica que él dirigiría en el arca con los suyos. En tercer lugar, Noé era capaz de leer las señales de los tiempos. Ejerció inteligencia al percibir que las aguas se estaban retirando: “y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra” (Génesis 8:11). En cuarto lugar, Noé fue manifestó paciencia al no precipitarse ni anticipar la orden de Dios de salir del arca. Es interesante que Noé esperó 57 días después de que emergió tierra seca por entre las aguas antes de abandonar el arca y cuando lo hizo lo hizo sólo a la orden de Dios.

El creyente en las circunstancias de su vida debe, al igual que Noé, actuar con esperanza, pues es salvo y tiene como Dios a uno que es justo, misericordioso y bueno. Debe practicar la devoción a Dios, con tiempo para la adoración, comunión y oración. Debe entender la voluntad del Señor con inteligencia, bajo la guía del Espíritu Santo (Efesios 5:17) y, finalmente, debe ejercer la paciencia sabiendo que Dios honra su Palabra y cumple sus promesas. El denominador común de todas estas actitudes es la fe en Dios, que en Noé se manifiesta como una virtud destacada. Noé nos llama a confiar en Dios y en sus promesas con una actitud obediente y activa. Que podamos también ejercer fe en Dios, primero para salvación y después para santificación y sostén en medio de las pruebas. Fe verdadera para honrar a Dios. rc

Lectura Diaria:
Josué 24:1-33 [leer]
/Isaías 19:1-20:6 [leer]
/2 Tesalonicenses 3:1-18[leer]