“Sufrió nuestros dolores” Isaías 53:4

Hay mucho dolor en este mundo y, en cierto sentido, así tiene que ser. Desde el pecado del hombre y a la caída, todo se vuelve más difícil. Notemos que en el lenguaje griego –en el que se escribió el nuevo testamento– hay nueve palabras para expresar el dolor humano. Es que el dolor es parte importante de nuestra vida.

El dolor está presente desde el Génesis. Sin duda Adán y Eva deben haber sentido dolor al ser echados del huerto Génesis 3. Dolor hubo, sin duda, en el corazón de Eva cuando Abel fue asesinado por su hermano Caín. David llora por soledad e incomprensión (Salmo 42) y por la carga del pecado no confesado (Salmo 32). Jeremías llora por el juicio inminente (Jeremías 9:1). Una mujer llora por devoción a Jesús (Lucas 7:38). María Magdalena llora por la pérdida (Juan 20:15) al igual que María y Marta por la partida Lázaro (Juan 11:33). Pablo recuerda el lloro de Timoteo por desánimo (2 Timoteo 1:3-4) y el mismo Salomón escribió que hay un tiempo de llorar (Eclesiastés 3). Razones tiene el hombre para dolerse.

Pero el siervo de Jehová sufrió nuestros dolores (Isaías 53). Esto se refiere {mak-obe’} al dolor del alma y no al físico, para el que se utiliza otra palabra. Se refiere a la ansiedad, turbación y aflicción de mente y alma, que se origina en el pecado como causa directa o indirecta y que Jesús  sufrió. El sufrió no sólo los dolores físicos sino las dolencias de la mente (Mateo 8:17). La frase, por lo tanto, significa que el Señor Jesucristo tomó sobre sí mismo los dolores no-físicos de la humanidad y experimentó toda la respuesta emocional, psicológica y biológica asociada con el dolor y la aflicción de la mente, sin tener porqué. El se afligió por nuestros dolores, para removerlos. En parte los llevó al sanarlos por la vía de un milagro directo sobre el dolor o la enfermedad física que las causaba, y en parte las llevó al tratar la causa de esos dolores o dolencias, es decir, el pecado. El es el “varón de dolores” (Isaías 53:3), pues tiene que sufrir lo que los hombres sufren y lo que debieron sufrir en orden a ser el sustituto perfecto.

¡Que simpatía de Cristo hacia el ser humano! Sentir y sufrir lo que nosotros sentimos y sufrimos. ¿Qué piensa el lector del hecho de que Jesús sufrió sus dolores? El hombre sufre por su pecado y desobediencia. El hijo de Dios, llevando los dolores nuestros, está en condiciones de remover los determinantes y la causa última del dolor. Dio su vida en la cruz pagando por nuestros pecados para que todo aquel que le recibe tenga la vida eterna. rc

(Continúa)

Lectura Diaria:
1 Reyes 9 [leer]
/Jeremías 17 [leer]
/Filipenses 2:12-30 [leer]