Se supone que pocos que leen estas palabras tengan ochenta años de vida. De todos modos, ¿cómo sería recibir una tarea que cumplir a los ochenta años? Así pasó a Moisés. Es interesante como Dios le probó. Lea de él.
“Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.” Éxodo 4:12.

Moisés ha recibido la orden de parte de Jehová de ir a Egipto para lograr la libertad de su pueblo esclavizado. No se siente capaz de hacerlo, porque teme que cuando llegue y diga que Jehová le había mandado, no le creerán. Teme que dirán “No te ha aparecido Jehová” Éxodo 4:1 En su mano Moisés llevaba una vara, seguramente la que usaba en el cuidado de las ovejas, pues era pastor. Jehová ordenó Moisés a echarla en tierra e inmediatamente su compañera durante tantas jornadas con los animales, se convirtió en una culebra. Moisés huyó frente a ella como quien huye de un enemigo. (v.3). Responder a la segunda orden sería más difícil que la primera. Ha de tomar la culebra por la cola. Moisés tendrá que tener confianza extraordinaria para vencer sus temores naturales de ser mordido por la culebra. El objetivo es hacerle confiar en Jehová para su servicio más adelante. Así Moisés sabría que todo está bajo el control de Jehová. Moisés obedeció y para sorpresa suya, la culebra se volvió vara en su mano.

Lo más insólito de todo eso es que Moisés ya tiene ochenta años de edad. No es joven. Pasó cuarenta años en Egipto desde donde tuvo que huir por haber matado a un egipcio que golpeaba a un israelita. En el desierto, pasó otros cuarenta años durante los cuales se casó y trabajó como pastor en el empleo de su suegro. También era padre de dos niños. Ahora ha de comenzar una nueva etapa de su vida a los ochenta años. Aún a esta edad, hay lecciones que Moisés tiene que aprender. Además de enseñar a Moisés que debe tener confianza en Jehová, la prueba fue diseñada para cuando tuviera que hacer lo mismo frente a los israelitas. Era para que los israelitas creyeran que en verdad Jehová le había aparecido.

Antes que Dios pueda usar a un individuo en su servicio, muchas veces le hace pasar por pruebas para que no fracase en el servicio activo más adelante. Josué, Gedeón y David fueron probados primero antes de rendir su servicio fructífero. Los discípulos con Jesús y Timoteo con Pablo también fueron probados con experiencias antes de recibir un encargo de servir en una forma más amplia. Si Moisés a los ochenta años tuvo que ser sometido a pruebas antes de cumplir su enorme tarea como libertador entre los israelitas, no hay nadie demasiado viejo para ser probado a fin de servir a Dios. Nadie es jubilado en el servicio al Señor. (Continuará) –daj

Lectura Diaria:
2 Cronicas 25 [leer]
/Ezequiel 42 [leer]
/Juan 18:28-19:16 [leer]