Con los minutos contados antes que demos vuelta a la hoja del calendario para comenzar el año 2011, es bueno prestar atención a los consejos de la Palabra de Dios. Lea lo que Pablo escribió a Timoteo.
“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino”. 2 Timoteo 4:1.

La última carta escrita por Pablo el apóstol fue enviada a Timoteo. Las palabras del capítulo cuatro demuestran su gran preocupación para que la obra de Dios siguiere adelante. Las mismas palabras son aplicables a nosotros mientras nos acercamos al fin de otro año. Si el Señor no viene, el nuevo año presentará muchas oportunidades para servir al Señor y serle fiel. Con ternura Pablo instó a Timoteo a seguir sirviendo “con toda paciencia y doctrina” 2 Timoteo 4:2. Pablo había mencionado que el Señor Jesús es el juez designado para juzgar “a los vivos y a los muertos” v.1. Ante el Tribunal de Cristo, el Señor revisará el servicio de los que confiaron en Él para recibir vida eterna y estos son los vivos. Más adelante, cuando el Señor Jesús esté sentado en el Gran Trono Blanco, juzgará a los muertos, descritos en Efesios 2 como “los muertos en delitos y pecados” que nunca buscaron el perdón.

Los hijos de Dios reconocen su responsabilidad de servir sabiendo que tanto la cantidad como la calidad de su servicio serán tomadas en cuenta ante el Tribunal de Cristo. Pablo aconseja a Timoteo a “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” v.2. El consejo es para nosotros hoy día también. El servicio del cristiano hecho en el presente tendrá su premio en el futuro. A pesar de la ola del desinterés y de la incredulidad que se ve por doquier, hemos de seguir predicando. No solamente significa predicar en las reuniones públicas ante una congregación, sino en forma particular también. Hemos de dar testimonio del Salvador según se presenten las oportunidades. La responsabilidad del cristiano es predicar la Palabra de Dios según cada necesidad, aún cuando no sea apreciada.

Pablo mismo es un buen ejemplo de lo que dice. El pudo decir: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” v.7. A veces tenemos que redargüir, es decir, corregir a los que están en error. La reprensión a los que pecan a veces es necesaria. Por último hemos de exhortar. Esto significa acercarse al lado de alguien para consolar, animar o guiar. Pablo indica que tal ejercicio debe ser con paciencia y en base de la doctrina. No hemos de usar nociones propias, sino la enseñanza bíblica para predicar, instar, reprender y exhortar. Para el año que viene, estas son indicaciones saludables para que nuestro servicio sea aceptable delante de Dios. –daj

Lectura Diaria:
Ester 7:1-8:17 [leer]
/Malaquías 2:10-3:6 [leer]
/Apocalípsis 21:9-22:5 [leer]