Como un eco que sigue a cada declaración, el Salmista nos asegura que todo lo declarado en la primera parte del versículo es el resultado de la eterna misericordia divina. Miremos a qué se refiere.

“Porque para siempre es su misericordia” Salmo 136:1-26

Tome lápiz y anote las características de Dios. Él es “bueno”, v.1; es “Dios” sobre todos los demás, v.2, es “Señor de los señores.” v.3, es el “Único” v.4, etc. Anote también las obras de Dios. Él ha hecho “grandes maravillas,” v.4, también “los cielos” que creó con inteligencia, v.5, y puso “la tierra” misma, v.6, etc.

Al anotar las características y las obras maravillosas de Dios, hallará que su corazón querrá alabarle por lo que Él es. Él busca su adoración; quiere escuchar su alabanza; y quiere saber de su aprecio para con Él. Es un ejercicio que nunca pasa de moda, “Porque para siempre es su misericordia”. Esto podemos hacerlo todos los días, cualquier día. Alabémosle entonces en este día. –daj/rc

Lectura Diaria:
2 Reyes 15:32-16:20 [leer]
/Jeremias 50:21-46 [leer]
/Tito 2:9-3:15 [leer]