¿Ha sido impaciente en su vida y por ende, ha actuado con premura en vez de esperar? Lea de lo que pasó con el pueblo de Israel cuando querían tener rey.
“Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre” Salmo 118:8

La llegada de Saúl como primer rey de Israel no estuvo en los planes originales de Dios. El problema originó cuando los líderes del pueblo se ilusionaron con tener un rey “como tienen todas las naciones” 1 Samuel 8:5. No fue malo querer tener un buen gobernante, pero el error estaba en que querían ser como las naciones de alrededor, un anhelo equivocado. Imitar los sistemas terrenales siempre trae problemas a los que sirven a Dios. Deben guiarse por someterse a lo que Dios estime conveniente, y no por los anhelos personales nuestros. Incluido en su deseo de tener un rey fue que él “saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras” v.20. En años anteriores, Israel ganaba sus guerras cuando salían a pelear de acuerdo a la voluntad de Dios y por consiguiente, contaba con Su presencia y poder. Ahora quieren depender de un hombre y no de Dios. Los que se rebelan contra la voluntad de Dios demuestran que creen en su propia sabiduría para manejar su vida.

Samuel vivía en Ramá y viajaba a tres ciudades de Israel para juzgar entre el pueblo y para solucionar sus problemas. Desde el comienzo de su servicio, Samuel había sido un juez ejemplar en Israel. Cuando envejeció, nombró a sus hijos Joel y Abías como jueces. Debían ser justos y honrados, pues gobernaban en nombre de Dios. Hicieron todo lo contrario, “dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho” 1 Samuel 8:3. Este fue otro motivo porque los ancianos de Israel se juntaron en Ramá ante Samuel para pedir un rey (1 Samuel 8:4-6.). Es siempre mejor esperar a que Dios haga su voluntad en nuestra vida antes de apurarnos para tomar decisiones antes del tiempo. La paciencia es muy importante cuando estamos esperando que se realice la voluntad de Dios.

Antes de contestar a los ancianos, Samuel oró a Jehová pues sabía que estaban equivocados. Cuando uno enfrenta un problema, es necesario orar a Dios primero, en lugar de reaccionar rápida y espontáneamente usando sabiduría humana. Dios reveló a Samuel que el pueblo no le rechazaba a él como profeta sino estaban rechazando a Jehová mismo. Estaba en los planes de Dios poner a un rey (David), pero no en este momento. David era niño aún. Dios accedió a la petición del pueblo dándole a Saúl, pero la humildad vista en Saúl al comienzo se desvaneció y la soberbia le llevó a perder el derecho a gobernar. El desenlace reveló lo equivocados que eran los ancianos de Israel cuando pidieron rey. La petición prematura de los israelitas produjo problemas después. En vez de esperar a Jehová, insistieron en su propia voluntad y sufrieron las consecuencias. Ojalá sepamos aprender de ellos que es mejor “confiar en Jehová que confiar en el hombre” Salmo 118:8. –daj

Lectura Diaria:
1 Samuel 26-27 [leer]
/Isaías 65 [leer]
/Romanos 8:1-17 [leer]