Los cristianos en el mundo entero enfrentan diferentes tipos de pruebas todos los días. Algunos sufren más que otros. El Señor las permite y pueden tener efectos positivos.

 

“Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” Hechos 14:22

Pablo y Bernabé predicaron la palabra en Antioquía de Pisidia. Algunos respondieron con fe al mensaje del evangelio mientras otros montaron gran oposición en su contra. “y la palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia. Pero los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites” Hechos 13:49-50. Los dos salieron de allí “y llegaron a Iconio. Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo” vv.51c-52. Llegados a Iconio, visitaron la sinagoga y tuvieron buenos resultados entre judíos y griegos. Sin embargo, había algunos judíos que no creían y ellos influenciaron a otros para oponerse a Pablo y Bernabé. De todas maneras, los dos hablaron con denuedo y el Señor confirmó lo predicado por ciertos milagros entre la población. Como ocurre en todas partes, había división entre los oyentes  y algunos tenían la intención de matarlos. De Iconio, huyeron a Listra y Derbe “y allí predicaban el evangelio” v.7.

Pablo hizo un milagro en un cojo y los ciudadanos equivocadamente pensaron y él y Bernabé eran dioses descendidos para estar entre ellos. Eran creencias basadas en la mitología griega. Les querían hacer fiesta y ofrecerles sacrificios pero los dos hermanos se opusieron tenazmente. No se aprovecharon de la situación para conseguir algo, sino llamaron los sacrificios “vanidades”. Predicaron la verdad acerca de Dios el Creador y lograron impedir el intento a la idolatría. Llegaron judíos de las ciudades de Antioquía y de Iconio “que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto” v.19. Pablo y Bernabé volvieron al día siguiente y seguramente los hermanos convertidos sentían miedo por lo acontecido. Pero los dos predicadores quisieron fortalecerlos y explicaron “es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” v.22. La exhortación fue para que los creyentes no aflojaran, sino que perseveraran para seguir adelante. Jesús mismo lo había anunciado de antemano, “os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios” Juan 16:2.

¿En qué sentido se necesitan tribulaciones para entrar al reino de Dios? No se trata de experimentar una cierta cantidad de sufrimiento para conseguir méritos a fin de entrar en el reino de Dios. Jesús ya hizo todo eso para obtener nuestra salvación pues por medio de su muerte “vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” Hebreos 5:9. Los sufrimientos son parte de la vocación cristiana. Cuando un estudiante universitario comienza sus estudios, sabe que el camino que conduce al anhelado pergamino significará mucho sacrificio, pruebas difíciles, y hasta incomprensión de parte de otros. Puede ser que los estudios sean más exigentes que esperaba pero forman parte de la experiencia para entrar en la carrera escogida. Es parte del compromiso asumido. Del compromiso con el Señor, Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” Lucas 9:23. En el mundo, hay maldad y oposición a la verdad. Sufrir rechazo es parte de la vida cristiana. Por lo tanto, 1.o. La tribulación es inevitable debido a la naturaleza de la lucha entre la verdad y el error. 2.o. Tiene un efecto aleccionador. “Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos” Salmo 119:71. 3.o. Nos enseña cuán malo es el mundo. No conviene querer quedarse, “porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir” Hebreos 13:14. 4.o. Sirve para que apreciemos al Salvador. “El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor” Mateo 10:24-24. –daj

Lectura Diaria:
2 Reyes 14:23-15:30 [leer]
/Jeremias 50:1-20 [leer]
/Tito 1-2:8 [leer]