¿Cómo se sentiría un cojo que de repente tiene fuerza para pararse? Por medio de Pedro y Juan que entraban juntos al templo en Jerusalén Jesús un milagro. El hombre no solamente se paró, sino saltó por pura alegría causando que mucha gente quisiera saber qué es lo que le pasó.

 

Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados.” Hechos 3:19.

 

A todo el mundo le llaman la atención los milagros. Así sucedió cuando un cojo echado en las gradas del templo en Jerusalén pidió monedas a Pedro y Juan. En vez de recibir monedas, fue hecho un objeto de un milagro. Saltando, gritando, y alabando a Dios a voz en cuello, el cojo tenía asidos a Pedro y a Juan. Se juntó una gran cantidad de personas para ver el fenómeno. “Y todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón” Hechos 3:11. Pedro aprovechó la aglomeración de público para explicar que es lo que había pasado. “Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿O por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste?” v.12. Inmediatamente identificó la fuente de poder que había efectuado este milagro; “el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús” v.13. Todos los salvados debemos estar en alerta para aprovechar cualquier oportunidad de hablar del Señor Jesús y su poder para cambiar vidas. ¿Acaso alguien ha preguntado a usted hermano o hermana porque su forma de hablar, o de vestir, o de actuar es diferente a los demás? Aproveche la pregunta para responder dando testimonio al Señor Jesús.

 

La predicación de Pedro al pueblo en Hechos 3 es muy interesante. No escatima palabras para referirse al trato vergonzoso que los israelitas habían dado a su Mesías. Usó expresiones como “entregasteis y negasteis (a Jesús) delante de Pilato,… vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, y matasteis al Autor de la vida” Hechos 3:13-15. Es precisamente aquí donde Pedro declara que Dios había “resucitado a Jesús de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos”. Destacó que el cojo tuvo fe en el nombre de Jesucristo cuando fue ordenado a ponerse de pie, “y por la fe en su nombre, a éste, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a éste esta completa sanidad en presencia de todos vosotros” v.16. ¿Es posible que alguien dudara cuando la evidencia estaba delante de sus ojos? Los líderes del pueblo no solamente dudaron, sino arrestaron a Pedro y Juan.

 

A pesar de la oposición de los sacerdotes y saduceos, hubo cinco mil convertidos que escucharon la prédica de Pedro a base del milagro. Dios no toma en cuenta la oposición de los hombres. Él hace su voluntad a pesar de que algunos rechacen la verdad. Quizás hoy día no vemos los milagros de cojos que recobran la fuerza para andar bien, o ciegos que pueden leer el diario, pero vemos milagros que ocurren en la vida de pecadores cuando reciben nueva vida en Cristo Jesús y su estilo de vida cambia radicalmente. –daj

 

Lectura Diaria:
2 Samuel 10-11 [leer]
/Habacuc 2 [leer]
/Romanos 15:14-33 [leer]