Cuando alguien escribe una carta, siempre tiene algún motivo, aunque sea solamente para animar al destinatario. Juan el apóstol escribir cartas. He aquí algunas razones que tuvo.
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” 1 Juan 1:9.

Cuando Juan escribió esta carta, no se dirigió a ninguna iglesia ni a ningún individuo en particular. Es una carta que sirve tanto para instruir a una congregación de creyentes, como o a un individuo en su vida particular. ¿Podemos conocer alguna de las razones que tenía Juan por escribirla? He aquí una razón; “Os he escrito esto sobre los que os engañan” 1 Juan 2:26. Parece que los creyentes enfrentaban el peligro de falsos maestros. No hay mención de alguna persecución que sufrían. Pero Juan quería establecer a los creyentes en cuanto a su salvación personal y dijo: “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” 1 Juan 5:13.

Juan reconoce que existe en el creyente el peligro de desobedecer al Señor, y de no vivir a la altura de la vida nueva que ha recibido. Por eso, quiere animarnos para que no pequemos, pero en caso que algo así suceda, la salvación no está en peligro de perderse. “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” 1 Juan 2:1. Jesucristo, el justo, está en la presencia del Padre, Él es nuestra garantía de vida. En el caso de un desliz en la vida, hay poder para recuperarse, confesando el pecado. Juan desea que estemos animados para vivir una vida victoriosa, porque, “Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido” 1 Juan 1:4.

Años atrás unos ladrones entraron a robar en una tienda en Nueva York. Con notable sentido de humor, y antes de llevarse su botín, cambiaron las etiquetas con los precios. Así, un lujoso abrigo tenía puesto el valor de pocos centavos, mientras que la etiqueta de un gorrito indicaba un precio abultado de dólares. Cambiar los precios reales fue una broma y no engañó a nadie. Pero los falsos maestros en el mundo religioso tratan de acomodar la fe al pensamiento cambiante del mundo. El sistema de valores entre los seres humanos ha sufrido grandes cambios y lo que antes era llamado pecado, ahora es catalogado como una debilidad. Algunos justifican un comportamiento rebelde como su “derecho humano”. Antes, cuando alguien violaba la ley moral de Dios, era condenado. Ahora tal comportamiento es llamado un estilo alternativo de vida. El diablo como ladrón de valores está cambiando las etiquetas. Como nunca antes, el creyente debe adherirse a las enseñanzas de la Biblia, como las que Juan el apóstol dio en su epístola. –DAJ

Lectura Diaria:
Éxodo 30:11-38 [leer]
/Salmos 78:32-72 [leer]
/Hechos 18:1-23 [leer]