Un abogado representa a una persona para defenderla cuando hay algún cargo en su contra. Ya que a veces pecamos, necesitamos de un abogado. Cristo Jesús funciona como tal en el cielo. Lea de Él.
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” 1 Juan 2:1.

En su epístola, Juan el apóstol da sus razones por qué escribió la carta. En el capítulo 5, verso 13, dice: “estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.” En el capítulo 1, la razón que da es “para que no pequéis”. Mientras vivimos en la carne, estamos propensos a pecar. El objetivo de Juan es para asegurar al que ha creído en Cristo, que en caso de pecar, la salvación no se pierde. Cristo hizo la obra en la cruz para nuestra reconciliación con Dios. Su presencia en el cielo en forma permanente es para mantener a los hijos de Dios en comunión con el Padre. Como un abogado que representa a su “cliente” ante la justicia, así Jesucristo el justo representa al creyente. Su representación es válida pues Jesucristo “es la propiciación por nuestros pecados” v.2. La eficacia de la obra de Cristo es tan extensa que Juan agrega, “y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.”

El evangelio llama al pecador a arrepentirse de su pecado y creer en el sacrificio de Cristo en la cruz para recibir el perdón de pecados. El evangelio llama al pecador a una nueva vida caracterizada por la santidad. Debe haber una preocupación del mismo creyente de evitar el pecado, pero en caso que haya algún tropiezo en la vida del individuo, Cristo está presente ante del Padre como para decir que “ya sufrí por aquello.” Él es nuestro Abogado. El cristiano no es perfecto, pero es perdonado.

La palabra Abogado es usada cinco veces en el Nuevo Testamento. Jesús mismo la usó cuatro veces en Juan 14:16, 26; 15:26; 16:7, cuando se refirió al Espíritu Santo como el Consolador. Habló de su obra de acercarse para apoyar, ayudar y consolar a los seguidores del Salvador. En su epístola, Juan la usa para describir la obra del Señor Jesús y su ministerio a favor de los suyos mientras estén en el mundo. La palabra indica a una persona llamada para suplicar ante el juez la causa de un culpable. Jesucristo está en la presencia del Padre cómo el Intercesor en caso de que haya necesidad. El creyente sincero trata de vivir su vida de tal manera que Cristo no tenga que ejercitar su actividad como abogado. De todos modos, Cristo apunta a su obra en la cruz hecha una vez y para siempre para confirmar que hay eficacia suficiente y eterna para que el hijo de Dios se mantenga en comunión con el Padre. En verdad, la obra de Cristo a favor de nosotros fue completísima. ? –daj

Lectura Diaria:
Levitico 16:1-29 [leer]
/Salmos 119:113-144 [leer]
/Marcos 6:1-29 [leer]