Jesucristo dijo que cualquier persona que causara daño a un pequeño merecía tener una piedra de molina atada a su cuello y puesto en el mar. Es un pecado grave tratar mal al hermano. Lea de este pecado.
“El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.” 1 Juan 2:10.

Paráfrasis del texto de cabecera: “El que realmente ama a su hermano evidencia que vive su fe siempre en la luz, en comunión con Dios, y es su actitud constante. Debido a eso, el hermano que ama no causa tropiezo en la vida de otros.” La enseñanza es clara; el amor practicado en forma constante es el antídoto a causar tropiezos. La palabra “tropiezo” es la traducción de la palabra griega “skandalon” que en español es “escándalo” Significa cualquiera cosa que puede ser un impedimento para la vida de otros, o causar que la otra persona peque es un escándalo. Cuando el amor es demostrado, es un incentivo para evitar el pecado. El principio se aprecia en 1 Juan 4:19 “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.”

Pablo el apóstol escribió del efecto benéfico del amor. “El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor” Romanos 13:10. El que ama es justo en sus decisiones, recto en sus tratativas, y benevolente en sus actos. El amor no se aprovecha del otro cuando se está sufriendo alguna adversidad. El amor nos lleva a perdonar y ser misericordioso. Cuando el amor está ausente, el efecto producido es demoledor. Las noticias revelaron el trágico fin de un hombre joven que fue asesinado. Rechazado cuando era chico, y viviendo allegado con unos tíos, quiso conocer a su madre cuando tenía 16 años de edad. Ubicó la casa donde ella vivía pero ella no lo quiso ver. Un medio hermano le persiguió por la calle con un cuchillo. No le hizo daño físico pero la falta de amor fue un tropiezo y caló hondo en el corazón del adolescente rechazado.

La demostración del amor que Dios ha puesto en el corazón comprueba que la persona es hija o hijo de Dios. El amor hacia Dios lleva al creyente a permanecer en la luz de la presencia de Dios. El pecado proviene de las tinieblas. No hay compatibilidad entre las tinieblas y la luz. Esto es lo que se espera del cristiano verdadero, “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.” Efesios 5:8. “Todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.” 1 Tesalonicenses 5:5. ¿Vivimos como dice el texto? ¿Amamos a nuestros hermanos? ¿Permanecemos en la luz? -daj

Lectura Diaria:
Números 22:1-38 [leer]
/Proverbios 19 [leer]
/Santiago 3-4:12 [leer]