El tema del amor ha sufrido gran distorsión en el mundo. Ha cobrado el significado de temas relacionados con la pasión y el sexo. No se enfoca como algo que se preocupa del bienestar del otro. Lea acerca de quién debemos amar.
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.” 1 Juan 2:15.

Cuando Juan escribe a los padres, a los jóvenes, y a los hijitos, se refiere a los creyentes de distintos niveles de desarrollo espiritual. Reconoce que han gustado “de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero” Hebreos 6:5. De todas maneras, podrían sentirse atraídos por un mundo lleno de atracciones y ofertas para la carne. El Espíritu Santo guía a Juan a advertirles que el amor al mundo no es la obra del amor del Padre en uno. Los mayores podrían sentirse tentados por el mundo que ofrece ventajas y honores. Los jóvenes y los hijitos (los más jóvenes) escuchan la sirena de los placeres del mundo que satisfacen la carne. La advertencia es sencilla y directa; NO AMÉIS ni el mundo ni las cosas que hay en él. Es una llamada a continuar con la fidelidad y el compromiso que ya han mostrado para con el Padre.

El amor por algo o por alguien lleva a entregarse al objeto donde tiene clavado su afecto. ¡Cuántos corazones quebrantados hoy día lamentan su equivocación por haberse entregado a cometer pecado motivado por un amor que no fuera tal! Este tipo de amor es incompatible con el amor del Padre. El amor del Padre y el amor que abraza las cosas del mundo no pueden coexistir. Juan el apóstol es clarísimo, “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.” Si no tiene el amor del Padre, es imposible tener paz, santidad y comunión con Él. Santiago 4:4-5 es igualmente claro: “¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?”

El “mundo” del Padre es totalmente distinto al mundo que controla el “príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” Efesios 2:2. El Padre desea que todos sus hijos se preocupen de los intereses que Él tiene. Jesús lo dijo mejor: “¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?” Lucas 2:49. Si el corazón está lleno del amor del Padre, Cristo será el Único Objeto que dará satisfacción. Jesucristo es la única fuente de bendición por ahora y en el porvenir. –daj

Lectura Diaria:
Deuteronomio 12 [leer]
/Cantares 2:8-3:5 [leer]
/Lucas 9:37-62 [leer]