Alguien ha dicho que el error da la vuelta al mundo mientras la verdad se abrocha los zapatos. Es difícil entender porque el error cunde tan rápido. Una protección contra el error es conocer la verdad. Corresponde a cada uno imponerse de ella. 
“Os he escrito esto sobre los que os engañan.” 1 Juan 2:26. 

En cuatro oportunidades en el capítulo 2, Juan el apóstol da sus razones por haber escrito a los fieles. “Os he escrito a vosotros, PADRES, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, JÓVENES,…” 1Juan 2:14 “No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis…” v.21 “Os he escrito esto sobre los que os engañan” v.26. Los escritos de los apóstoles son importantes pues contienen la doctrina que ellos recibieron del Señor Jesús para ser enseñados a nosotros. Vea Hechos 2:42. En el texto de cabecera, lo escrito es para advertir sobre los engañadores que nunca faltan. El diablo es un engañador y utiliza a los hijos suyos para hacer daño a los hijos de Dios. Los engañadores tratan de desviar a los fieles de seguir la verdad, seduciéndolos para que sigan el error. En los versos 20, 21 y 27, Juan dice que por tener la unción del Santo y porque no ignoraban la verdad, ya tenían la protección necesaria para no ser engañados.

Siempre existirá el peligro de ser engañado. El texto indica que es un peligro presente. Por eso el hijo de Dios debe estar en alerta siempre para evitar que los intentos del enemigo le hagan apartar del camino de la verdad. Pablo describió a algunos que “desviándose… se apartaron a vana palabrería” 1 Timoteo 1:7. El error contiene palabras vanas, sin valor y sin solidez. Es imposible tener solidez en la vida si se da oído a enseñanza errónea. El tiempo profetizado por Pablo referente al mundo de los incrédulos ya ha llegado: “vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” 2 Timoteo 4:3-4.

En el versículo 27 que sigue Juan el apóstol asegura a los destinatarios que el Espíritu Santo está presente en sus vidas. Él es el recurso que Dios ha provisto para no ser engañado. El es el Espíritu de verdad y permaneciendo en Él, el discípulo de Cristo se libra de ser engañado. Más adelante Juan siguió con sus advertencias, “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” 1Juan 4:1. –daj

Lectura Diaria:
Jueces 6:1-40 [leer]
/Isaías 27:1-13 [leer]
/1Corintios 6:1-20 [leer]