¿Se ve el amor de Cristo en su vida? Es el punto de referencia que usa Juan cuando trata el tema del nuevo mandamiento entregado por el Señor a los suyos. Lea de este amor.
“Os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.” 1 Juan 2:8

Después de referirse al mandamiento antiguo en el verso 7, en el verso 8 Juan el apóstol habla de un mandamiento nuevo. El nuevo estaba a la vista de verdad en Jesucristo. El nuevo también se veía en los hermanos que recibieron la carta. Los creyentes manifestaban la clase de amor que Cristo introdujo y demostró fehacientemente. El mandamiento nuevo es algo que había comenzado a manifestarse e iba en aumento constantemente. Es como cuando los primeros rayos del sol aparecen en el horizonte causando las tinieblas a retirarse, y pronto el alumbramiento paulatino del nuevo día llega dentro de pocas horas a su cenit, hasta que todo está iluminado.

En su último encuentro con los suyos, Jesús dijo: “Éste es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. … Esto os mando: Que os améis unos a otros” Juan 15:12, 17. Habían experimentado el amor del Señor personalmente en su trajín diario, pero la más grande expresión del amor estaba por revelarse. Por eso, usa su propio ejemplo para que lo tomaran en cuenta. Dijo: “como yo os he amado”. Desde cuando fueron llamados a seguir a Jesús, los discípulos observaron el amor especial que tuvo Jesús para con todos. Trató con ternura a la mujer que tocó el borde de su manto. Animó a Jairo a no temer cuando le avisaron que su hija estaba muerta. Vieron a Jesús llorar frente a la tumba de Lázaro. Le escucharon a Jesús referirse a la multitud como ovejas sin pastor diciendo que Él las tenía compasión. Como el sol que sale en la mañana y aumenta su iluminación y calor benéfico, así veían el amor del Señor en un constante aumento hasta que terminó en su máxima expresión cuando se dio a sí mismo en la cruz.

Los cristianos del primer siglo no se olvidaron de este amor y cuando Pablo escribió a los Tesalonicenses dijo que “acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros” 1 Tesalonicenses 4:9. En el caso del Señor, los discípulos observaban diversas muestras de su amor para con las personas. Las muestras de su amor iban en aumento. El Señor espera que lo mismo ocurra en nuestra vida. De esto pensaba Pablo cuando escribió en otra oportunidad a los Tesalonicenses, “Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto VUESTRA FE va creciendo, y EL AMOR de todos y cada uno de vosotros ABUNDA para con los demás” 2 Tesalonicenses 1:3. Hagámonos la pregunta, ¿Acaso el amor de Dios se ve en mi vida? ¿Y va en aumento este amor? Como dijera Pedro cuando habló del amor fraternal no fingido, “amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro” 1 Pedro 1:22. –daj

Lectura Diaria:
Números 15 [leer]
/Proverbios 12 [leer]
/1 Pedro 4 [leer]