Cuando una persona pone su fe en Cristo y se convierte en hijo de Dios, hay cambios en la vida. Uno de los cambios más sobresalientes se ve en la actitud del cristiano para con los demás, especialmente para con sus nuevos hermanos en la familia de Dios.

“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.” 1 Juan 3:14.

El mundo se caracteriza por el odio que siente para con los que hacen obras justas y por eso los hermanos en la familia de Dios son aborrecidos. “Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece” v.13. Ahora Juan destaca la evidencia más sobresaliente que debe manifestar el cristiano, el amor hacia su hermano. Haber pasado “de muerte a vida” es otra forma de describir el evento más importante que pudiera ocurrir en la vida de un ser humano. Jesucristo dijo: “De cierto, de cierto os digo: El que OYE mi palabra, Y CREE al que me envió, TIENE vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” Juan 5:24. El Oír y Creer son los dos eslabones sin los cuales nadie puede obtener vida eterna. Pasar de muerte a vida describe la condición en que Dios pone al pecador cuando por la fe en Cristo es perdonado y librado de la condenación por su pecado. Es poseedor de vida divina y se termina la separación de muerte que antes conocía en su relación con Dios.

Pablo el apóstol trató el mismo tema cuando escribió a los Efesios mostrando que “Dios, que es rico en misericordia por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” Efesios 2:4-5. Pasar de muerte a vida introduce al creyente en Cristo en una nueva relación con Dios al mismo tiempo que recibe la vida del Cristo resucitado. Con ella el convertido a Cristo está capacitado para amar como Él ama. Amar a los hermanos no es una sugerencia que debemos adoptar sino una orden para cumplir. Jesús dijo: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado” Juan  13:34. ¿Cómo nos amó Cristo? Considere su obra en la cruz.

Según el texto de cabecera, si la persona no practica el amor hermanable, sigue en su pecado; y por tanto, sigue bajo condenación. Sigue en la esfera de la muerte. No disfruta de la vida en Cristo. Cuando una persona acepta a Cristo como Salvador, halla que otras personas con las cuales no quería tener trato antiguamente ahora son amadas. ¿Cuál es la clave? La vida del amado Salvador puesta en nosotros nos capacita para amar como Él ama. ¿Hay evidencias en la vida suya que en realidad ha pasado de muerte a vida? – David A. Jones

Lectura Diaria:
1 Reyes 3 [leer]
/Jeremías 11 [leer]
/Efesios 4:17-32 [leer]