Vivir en comunión de Dios resulta en grandes bendiciones en la vida. La conciencia está tranquila y hay confianza en hacer peticiones delante de Dios.

“Cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.” 1 Juan 3:22

El cristiano que vive en comunión con Dios tiene el placer de vivir con un corazón que no le reprende como dice verso 21. Vivir así con una conciencia tranquila produce confianza en Dios. Esta confianza conduce a ejercer el privilegio que Dios nos concede para pedir provisión y dirección de Él. Juan no especifica cuáles sean las cosas por las cuales se debe pedir. Sin embargo, vivir en comunión con Dios crea una sensibilidad espiritual para saber cuáles sean las peticiones que están de acuerdo con su voluntad. Es instructivo considerar cada verdad como un eslabón en la cadena de bendición. Comienza con un corazón que no reprende, lo cual aumenta la confianza en Dios. Esta confianza produce libertad para presentar las peticiones delante de Dios anticipando que Él responderá.

El texto de cabecera enseña otra realidad que el hijo o la hija de Dios experimenta cuando vive en comunión con el Padre: “guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él”. Tener un corazón que no reprende, y tener una conciencia tranquila es tan agradable que cualquier va a querer de vivir en este nivel. Los mandamientos del Señor son para ser obedecidos y el Espíritu Santo suministra satisfacción espiritual cuando hacemos las cosas que son agradables delante de él. Si son agradables delante de él, serán agradables para uno también.

El Señor Jesús es nuestro gran ejemplo. El dijo, “el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada” Juan 8:29. Cuán fructífero fue la vida de Jesús y en todo agradó al Padre. Debe ser la meta para cada uno de nosotros. La clave es someterse a la voluntad de Dios. Esto fue el ejercicio de Pablo quien explicó a Félix, “procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres” Hechos 24:16. Suena como un buen deseo para ser adoptado por nosotros también. Llevémoslo a la práctica. –daj

Lectura Diaria:
2 Reyes 9 [leer]
/Jeremias 44 [leer]
/Hebreos 11:17-40 [leer]