Juan el apóstol advirtió a los cristianos que estuviera en alerta para no ser engañado. Recomendó que le mejor forma de evitar el engaño es tomar en cuenta a los que hacen justicia.

“Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.” 1 Juan 3:7.

La persona que vive en comunión con Jesucristo, su Señor y Salvador, trata de llevar una vida libre de pecado, “…a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” Romanos 6:4. Una vida de santidad es el producto de despojarse “del viejo hombre,” y renovado “en el espíritu de vuestra mente,” se viste “del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” Efesios 4:22-24. La santidad en la vida del individuo salvado por la gracia de Dios demuestra que tal persona conoce a Dios y su práctica de la justicia revela la presencia de la nueva vida divina en él.

Con ternura Juan advierte a los destinatarios que en su afán de vivir en comunión con Dios, pueden encontrar a los que tratan de persuadirles a involucrarse en prácticas pecaminosas. Reconoce que existe el peligro de ser engañado y por eso dice escuetamente “hijitos, nadie os engañe”. Le bastó sonar el alarma del peligro y en vez de dar una lista de los posibles engaños, destaca la conveniencia de fijarse en los que actúan conforme a las reglas de la justicia. No se trata de lo que se diga, sino de lo que se hace.  El justo que HACE JUSTICIA vive una vida recta, agradando a Dios y siendo una fuente de bendición para sus prójimos.

El Señor Jesucristo tocó el tema cuando Él enseñaba a la gente. La forma para distinguir entre los justos y los injustos es por lo que se ve en su vida; “Por sus frutos los conoceréis. … todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos…Así que, por sus frutos los conoceréis” Mateo 7:15-17, 20. Como el fruto debe su producción al árbol desde donde ha salido, así todo hijo de Dios produce el fruto de la justicia por causa de la vida recibida a través de Jesucristo y por la gracia de Dios. Como declara el texto, “el que hace justicia es justo, COMO ÉL ES JUSTO” 1 Juan 3:7.  Se hace justicia cuando uno pone por obra las buenas obras mencionadas en Efesios 2:10, “porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” –daj

Lectura Diaria:
1 Samuel 26-27 [leer]
/Isaías 65 [leer]
/Romanos 8:1-17 [leer]