Confesar a Jesucristo como el Hijo de Dios es la confesión de fe que Dios busca de los seres humanos. El resultado significa la salvación del alma. “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” Romanos 10:9.

“Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios”. 1 Juan 4:15.

Juan el apóstol dejó en claro que “nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo”. Tal declaración no fue la entrega de mera información a los oyentes. El testimonio acerca de Jesús como el Hijo de Dios tenía que ser creído para establecer un vínculo de vida con Dios. Creer en Cristo como Salvador es el acto más importante que pueda hacer el ser humano. Quien lo hace recibe vida eterna. Quien no lo hace está bajo condenación. “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” Juan 3:36.

Al referirse a “todo aquel”, Juan no deja a nadie fuera del alcance de lo que Dios espera de todos los seres humanos frente al testimonio acerca de su Hijo. Dios es paciente y no quiere “que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” 2 Pedro 3:9.  La palabra “confesar” tiene dos palabras como base. “Con” significa junto a lo que otro dice, “fesar”. Eso significa estar de acuerdo con la declaración de otro. Es declarar conformidad con la decisión que otro ha expresado. Dios dice en su Palabra “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” Romanos 3:23. Quienquiera acepte este decreto divino y lo admite delante de Dios, está confesando que se es pecador. Un pecador necesita de un Salvador pues no puede purgar sus pecados por sus propios medios. Juan explicó su motivo de escribir su evangelio, “éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” Juan 20:31. Creer el mensaje acerca de Jesús, el Hijo de Dios equivale a confesarle como El Salvador divino venido del cielo. ¿Ha confesado Ud. a Jesús como el Hijo de Dios? Quienes lo hayan hecho ya han experimentado la maravilla del nuevo nacimiento. Tiene vida eterna y Dios espera que permanezcan en comunión con Él y él con ellos.

En el Nuevo Testamento, hallamos a personas que confesaron a Jesús como el Hijo de Dios. Por ejemplo, al hombre a quien Jesús sanó después de 38 años enfermo, fue expulsado de la sinagoga y hallándole, Jesús les preguntó: “¿Crees tú en el Hijo de Dios?” Juan 9:36. Ignoraba quien fuera pero estaba dispuesto a creer, y cuando Jesús le dijo, “le has visto, y el que habla contigo, él es” v.37, el hombre reaccionó diciendo “creo, Señor; y le adoró” v.38. Cuando Jesús reveló a Marta que Él era la resurrección y la vida y le preguntó “¿Crees esto?” ella contestó “Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo” Juan 11:26-27. Es notable que cuando el centurión junto a los otros que guardaban a Jesús en la Calavera, ellos “dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios” Mateo 27:54. Otro caso es la confesión del etíope que escuchó el evangelio de Felipe y confesó: “Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios” Hechos 8:37.  Para permanecer en Dios como dice el texto de cabecera, somos exhortados, “teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión” Hebreos 4:14. –daj

Lectura Diaria:
Esdras 1-2 [leer]
/Daniel 4 [leer]
/3 Juan, Judas [leer]