Conocer a Dios como Padre a través del Hijo de Dios es uno de los privilegios más grandes que pueda experimentar el ser humano. Pensar que Dios quiere que le conozcamos y que nos permita conocerle como Padre produce adoración en nuestro corazón.

“Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo”. 1 Juan 4:14.

El tema en este capítulo es el amor de Dios Padre que fue manifestado en el don de su amado Hijo para ser nuestro Salvador. Nosotros, luego de experimentar este amor en la salvación recibida por fe, hallamos que el Padre quiere que amemos a nuestros hermanos. Con el regalo de la salvación viene la capacidad de amar pues nos ha dado el Espíritu Santo, v.13. En su labor como apóstol de Jesucristo, Juan testifica a los creyentes en Cristo de las realidades vistas por él y por sus condiscípulos. Destaca la gran verdad que “el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo” v.14. Juan había visto evidencia de ella y su declaración es parte de la doctrina del evangelio, tema al cual se refiere en el verso que sigue, el verso 15.

En su evangelio Juan llama a Jesús, el Verbo que “fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” Juan 1:14. Ninguno de nosotros tuvo el privilegio que tuvo Juan, ver a Jesús en toda su gloria para poder creer en Él. Por ende, es importante que escuchemos el testimonio de los testigos oculares para disfrutar de la salvación hallada en el Hijo de Dios. Cuando Juan habló de haber visto que el Padre envió al Hijo, fue después de una atenta contemplación de Cristo. El veía como el Señor Jesús hacía sus obras de caridad, y como era en su forma de tratar a la gente. También escuchó las palabras que usó para revelar al Padre. Jesús dijo a Felipe en una oportunidad, “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” Juan 14:9. Por fe, nosotros lo podemos experimentar hoy día.

El sentimiento hallado en este versículo fue expresado por los hombres samaritanos contactados por la mujer que conversó con Jesús cuando ella vino a sacar agua del pozo de Jacob. Ella volvió a la ciudad para anunciar su gran hallazgo, diciendo “venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?” Juan 4:29. Sus conciudadanos salieron a conocer a Jesús según el testimonio de ella y luego “decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo” Juan 4:42. Solamente en Juan 4 y 1 Juan 4 se halla el término “el Salvador del mundo” refiriéndose a Cristo. El Hijo de Dios que reveló el Padre es el Salvador para todo el mundo. Para que sea una realidad en la vida de cada uno, la Biblia indica, “el que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” Juan 3:36. ¿En cuál parte del verso está Usted? ¿Ha creído para tener la vida, o ha rehusado creer? –daj

Lectura Diaria:
2 Crónicas 34 [leer]
/Daniel 2:1-23 [leer]
/1 Juan 4 [leer]