El texto de hoy dice “toda injusticia es pecado”. Podríamos invertirlo y decir, “todo pecado es injusticia”. Lo que es justo es lo que se conforma a un estándar perfecto prefijado.

 

“Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte.” 1 Juan 5:17.

 

No todos los pecados cometidos son de la misma gravedad. Pero la diferencia en su gravedad no cambia el hecho de sea pecado. En el verso 16, Juan trata el tema de la intercesión a favor de un hermano que ha pecado. Orar por un hermano en este sentido significa orar para que se arrepienta y se vuelva de su mal camino. La intercesión podría incluir una exhortación al hermano citando textos bíblicos para que se recupere. Un texto como Isaías 55:7  sirve: “deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será AMPLIO EN PERDONAR”. Hay hermanos que se sienten muy mal por el camino equivocado que hayan tomado. Ellos necesitan ser animados a buscar a Dios en procura del perdón. Otro texto que sirve es el Salmo 9:10, “en ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron”.

 

No hay pecado que pueda ser catalogado como un “pecadillo” de poco monto, el cual Dios no tomaría en cuenta. El texto de cabecera es explícito; “Toda injusticia es pecado”. No hay pecado que no merezca ser juzgado. Para entender que es lo que es una “injusticia”, establezcamos qué es lo que es la justicia. La justicia es una conducta que se conforma a un comportamiento declarado aceptable frente a la santidad de Dios. Son reglas que hay que respetar en nuestra relación con Él. Dios dijo al pueblo de Israel “santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios. Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová que os santifico” Levítico 20 7-8. En cuanto a la iglesia, Pablo enseñó que nos escogió en Cristo, “para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” Efesios 1:4. Pablo trató el tema de la iglesia como la Esposa de Cristo, y dijo que Cristo quería “presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” Efesios 5:27. Cuando permitimos prácticas que estén reñidas con la santidad de Dios, cometemos una injusticia y “toda injusticia es pecado”.

 

Dios espera que sus hijos vivan su vida ajustada al carácter de Él. Dios es caracterizado por rectitud, amor,  fidelidad y santidad. La ley moral divina establece las condiciones que Dios espera hallar en sus criaturas. El Espíritu Santo está presente en la conciencia para convencer del pecado. Lo que sea contrario al carácter de Dios es pecado, es injusticia. El amor a Dios nos llevará a vivir santamente. También nos llevará a orar por el hermano que cayera en pecado. Podemos orar a fin de que haya un cambio en ellos y que sean restaurados para disfrutar de la comunión con Dios. “Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” 1 Pedro 1:14-16. –daj

 

Lectura Diaria:
Éxodo 17:1-16 [leer]
/Salmos 55:1-23 [leer]
/Hechos 9:32-43 [leer]