Tener conocimiento de un tema o de una verdad enriquece la vida. En ciertos casos impone una responsabilidad de hacer buen uso de lo sabido. Por cierto saber que el Hijo de Dios ha venido es una riqueza incalculable.

 

“Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios, y la vida eterna.”

 

Por tercera vez Juan dice que SABEMOS. Es importantísimo saber la verdad porque queremos estar seguros en cuanto a nuestra vida actual y de lo que tendremos en el futuro. Cristo, el Hijo de Dios vino a este mundo para hacer varias cosas. Por ejemplo, “Cristo Jesús vino al mundo PARA SALVAR A LOS PECADORES” 1 Timoteo 1:15. Jesús no vino para cambiar lo revelado en la ley entregada por Moisés o contradecir las profecías referentes a los propósitos de Dios. Dijo Jesús: “no he venido para abrogar (revocar o suprimir), SINO PARA CUMPLIR” Mateo 5:17. Con lenguaje claro Jesús reveló el gran propósito de su venida: “HE VENIDO PARA QUE TENGAN VIDA, y para que la tengan en abundancia” Juan 10:10. En verdad, el Hijo de Dios vino para traer bendición al mundo pecador.

 

Estando presente en el mundo, el Hijo de Dios ha dado claro entendimiento acerca de la verdad. Jesús tiene el exclusivo derecho de revelar esta verdad; “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” Juan 14:6. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” Juan 1:18. Antes de la venida de Jesucristo, Dios habló “muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, (pero) en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” Hebreos 1:1-2. Al creer el evangelio de la gracia de Dios, tenemos el gran privilegio de “conocer al que es verdadero” como dice el texto de hoy. Juntamente con el conocimiento recibimos a Cristo el Salvador y vida eterna. La vida eterna no es como un objeto de valor y belleza que se coloca en una repisa para ser admirada. Es vida dinámica que nos cambia en criaturas nuevas y nos relaciona con el Dios vivo y verdadero.

 

Recibir este gran don de Dios trae muchas bendiciones. Nos proporciona entendimiento para que conozcamos al que es verdadero. Dios usa tal conocimiento para ponernos en su Hijo Jesucristo. Sabemos que “Éste es el verdadero Dios, y la vida eterna” 1 Juan 5:20. Por medio de este conocimiento, sabemos que nuestros pecados son perdonados, somos aceptos en el Amado, y cuando Cristo venga, nos llevará al cielo, a la casa del Padre. Por poseer la vida eterna en Cristo Jesús conocemos al único Dios, y a Jesucristo, el que fue enviado. “Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero” Juan 17:3 De este conocimiento procede el fruto del Espíritu que es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe” Gálatas 5:22. Se ve también “en toda bondad, justicia y verdad” Efesios 5:9. El conocimiento del verdadero involucra Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Los que hemos creído en Cristo SABEMOS que somos grandemente bendecidos. –daj

 

Lectura Diaria:
Exodo 26:1-30 [leer]
/Salmos 70:1-71:24 [leer]
/Hechos 15:1-21 [leer]