Dijo Jesús que es imposible “que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen!” Sabía muy bien como el diablo hace su obra de producir desavenencias entre los seres humanos. Gracias a Dios, el creyente en Cristo tiene como dejar sus cargas con el Señor.

 

Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo” Salmo 55:22

 

Un hermano cristiano que ejercía su profesión de médico fue demandado en la corte por una empleada de oficina. Le demandaba por regalías impagas, trato discriminatorio y abusos deshonestos. Con su esposa quien trabajaba en la misma oficina, se sintieron muy angustiados. Todo lo que decía la mujer fue mentira. ¿Qué habían de hacer? Sabían que ninguno de las acusaciones tenía justificación. Tuvieron que responder ante el juez. Siendo cristianos fieles, se consolaban por lo que leían en la Biblia y dejaron el asunto en las manos del Señor. Leyeron Proverbios 21:31, “El caballo se alista para el día de la batalla; Mas Jehová es el que da la victoria.” Escribieron: “aunque teníamos nuestros ‘caballos’ listos, es decir, testigos que podrían hablar a nuestro favor, por el lado humano todo dependía del juez. Pero por el lado divino echamos mano a la promesa que ‘Jehová es el que da la victoria’”. Les consoló también el verso de Proverbios 21:1 “Como los repartimientos de las aguas, Así está el corazón del rey en la mano de Jehová; A todo lo que quiere lo inclina” Así dependieron totalmente del Señor.

 

Ha habido situaciones similares en diferentes partes del mundo. Hay personas que sufren injustamente por la maldad de otros. Aún el Señor Jesús tuvo que sufrir por los falsos testimonios en su contra. Pedro hizo referencia a su reacción porque “cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente” 1 Pedro 2:23. Esto es lo que recomienda el salmo 55:22, “Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo,” y al final declara, “yo en ti confiaré” (v.23).

 

¿Cómo debemos responder ante los problemas y las cargas que a veces tenemos que enfrentar? La forma de tratar estas pruebas que nos afligen no es huir de ellas ni inquietarse sobremanera sino hacer lo que la Biblia dice: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:6-7). Si en algo uno ha fallado, debe humillarse admitiendo la falta. Dar explicaciones porque se había procedido así, no conviene. Hay que reconocer la falta si corresponde y esperar en Dios para justificar en la parte donde no tuvimos culpa. En cuanto al doctor que tuvo que enfrentar el problema en su vida, el juez le exoneró totalmente detectando que la mujer buscaba enriquecerse inventando situaciones inexistentes. A veces Dios permite problemas en nuestras vidas. Nos corresponde confiar en Él. –daj

 

Lectura Diaria:
Levitico 25:1-55 [leer]
/Salmos 139:1-24 [leer]
/Marcos 10:1-31 [leer]