Es un error grave cuando los seres humanos toman un camino contrario a lo que Dios quiere. Llevar el sagrado mueble de su lugar privilegiado a un campo de batalla terminó en un desastre. Treinta mil abatidos es un precio altísimo a pagar.

“Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos.” 1 Samuel 3:11.

Los israelitas habían sufrido algunas derrotas ante sus enemigos. Sin tomar en cuenta la ley de Dios y sin consultar a Samuel el profeta, llevaron al arca al campo de batalla. Pensaron que la presencia de ella aseguraría una victoria pues el arca era símbolo de la presencia de Dios entre su pueblo. Cuando los filisteos escucharon la gritería, interpretaron el acontecimiento como que “ha venido Dios al campamento” 1 Samuel 4:7. En vez de amedrentarse, los filisteos se animaron, diciendo “esforzaos, oh filisteos, y sed hombres,… y pelead” v.9. Como un reportaje llegado de una guerra, la Biblia reporta: “Pelearon,.. e Israel fue vencido, y huyeron cada cual a sus tiendas; y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. Y el arca de Dios fue tomada, y muertos los dos hijos de Elí, Ofni y Finees” vv.10-11. Ofni y Finees habían actuado mal al aprobar que el arca fuera llevada adonde el Señor no quería que estuviera. Dios permitió la vergonzosa derrota. Así demostró su desaprobación de su proceder.

El comentario de los filisteos previo a la batalla revela que estaban equivocados al pensar que Israel tenía varios dioses y no Uno Solo. Los filisteos dijeron: “¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? Éstos son los dioses que hirieron a Egipto con toda plaga en el desierto” 1 Samuel 4:8. Es notable que los filisteos supieran de lo ocurrido en Egipto muchos años antes, y del juicio que cayó sobre Faraón. (1 Samuel 6:6). De todas maneras los filisteos se animaron para ser más valientes y los israelitas siguieron con su idea equivocada de llevar el arca en la batalla. Sufrieron una derrota desastrosa con estos resultados: 1. Treinta Mil hombres abatidos; 2. Los dos hijos de Elí murieron; y 3. El arca cayó en manos del enemigo. A veces Dios permite fracasos en la vida nuestra para mostrarnos que estamos procediendo en contra de su voluntad.

Las consecuencias no fueron sufridas solamente en el campo de batalla. De allí corrió un mensajero con sus vestidos rotos y tierra en su cabeza en señal de luto. Llegó y contó al pueblo en Silo acerca de la derrota y de la pérdida del arca. “Dadas las nuevas, toda la ciudad gritó” 1 Samuel 4:13. Elí tenía 98 años de edad y estaba ciego. Cuando él oyó el estruendo y preguntó por qué, el mensajero le contó todo, incluyendo las noticias de la muerte de sus dos hijos. (1 Samuel 4:17). La profecía en cuanto a la muerte de Ofni y Finees fue cumplida. (1 Samuel 2:34 y 3:11-14.) Seguramente fue cumplido también 1 Samuel. 3:11, “a quien la oyere, le retiñirán sus oídos.” Este hecho debe enseñarnos que como se cumplieron las profecías referentes a los dos hijos de Elí. Dios cumplirá siempre con lo que ha vaticinado referente al futuro de la iglesia, del mundo, y del inconverso. (Continuará) –daj

Lectura Diaria:
1 Cronicas 29 [leer]
/Ezequiel 26 [leer]
/Juan 9:18-41 [leer]