Los acontecimientos dolorosos de la vida sirven para enseñarnos lecciones valiosas. Cuando los israelitas equivocadamente llevaron al arca al campo de batalla, algunos murieron en la pelea, pero otros murieron en casa, Fue una consecuencia directamente atribuible al gran acto de desobediencia.

 

“Y llamó al niño Icabod, diciendo: ¡Traspasada es la gloria de Israel! por haber sido tomada el arca de Dios, y por la muerte de su suegro y de su marido.” 1 Samuel 4:21.

Debido a que la sociedad actual está muy confiada en sí misma, ella no toma en cuenta a Dios. Dios ha dejado enseñanza en la Biblia en cuanto al presente y también referente al futuro pero muchos la ignoran. Esto explica por qué muchos atribuyen poca importancia a la parte práctica de la Biblia. Si los israelitas hubiesen consultado la ley acerca del trato que debían dar al arca, no la habrían llevado a formar parte de una guerra. Esto estuvo lejos de su objetivo. El arca cayó en manos de los filisteos que no sabían qué hacer con ella. Tampoco la trataron con la debida reverencia y sufrieron por ello. Dios lo permitió para castigar a su pueblo por su imprudencia y enseñarles una lección. Los dos sacerdotes culpables de haberla sacado, Ofni y Finees, murieron en la batalla. Ambos eran hijos de Elí y él fue informado acerca del debacle. Lo que más le afectó fue la noticia acerca del arca. (1 Samuel 4:18.)

El pueblo huyó de la ciudad, sabiendo que la pérdida de la guerra significaría saqueos. La esposa de Finees estaba encinta y le sobrevinieron los dolores de parto cuando supo de la muerte de su marido. Nacida la criatura, ella le puso el nombre ICABOD que significa “sin gloria” pues dijo: “¡Traspasada es la gloria de Israel!” 1 Samuel 4:21. Luego la mujer murió. Cualquier israelita comprendía que el arca era símbolo de la gloria y la santidad de Dios y la pérdida de ella era muy grande. Fue una deshonra para el nombre de Jehová. Cada vez que se pronunciaba el nombre Icabod, sería un recuerdo de la tragedia acaecida entre los israelitas.

Los israelitas cometieron una equivocación muy grande cuando llevaron el arca del pacto de Jehová al campo de batalla. La derrota sufrida enseña varias lecciones valiosas para que los cristianos de hoy día no cometan pecados similares. Ofni y Finees debían haber sabido que nunca fue la intención de Jehová que el arca fuera quitada del lugar que Jehová había establecido. Ella servía como centro de adoración y lugar de encuentro que Jehová tenía con su pueblo. Es triste cuando hay líderes entre el pueblo de Dios que se desvían de la verdad. El fondo del problema fue que no consultaron a Dios ni conversaron con el profeta Samuel. Los israelitas se la llevaron pensando que conseguirían una victoria. La trataron como un amuleto y no como un mueble sagrado. Dios permite los fracasos en la vida para llamarnos la atención y hacernos ver que no estamos procediendo según los principios de su santidad. Cuando se trata del honor de Dios, Él se declara celoso. “Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es” Éxodo 34:14. “Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso” Deuteronomio 4:24. “Jehová… es Dios santo, y Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados” Josué 24:19. Los israelitas tuvieron que aprender la lección y queda la enseñanza para nosotros de tener mucho cuidado con lo que pertenece a Dios. (Continuará) –daj