Todos tenemos aniversarios o días especiales en nuestra vida que nos hacen reflexionar sobre el pasado y mirar hacia el futuro. En tal ejercicio, el hijo de Dios tiene un doble objetivo: reflexionar sobre su vida personal y también su vida espiritual, o sea, su relación con Dios. Es saludable tomar tiempo para eso en la presencia de Dios.

 

Ciertamente (en cuanto al hombre) sus días están determinados, Y el número de sus meses está cerca de ti; Le pusiste límites, de los cuales no pasará.” Job 14:5.

 

En su discurso sobre la brevedad de la vida, Job el patriarca describió lo que los nacidos de mujer experimentan; la vida pasa rápida y el hombre está “hastiado de sinsabores” Job 14:1. Job usa lenguaje fácil de captar. El hombre sale “como una flor y es cortado” v.2. Dice que es como una sombra fugaz que no permanece. Luego el patriarca pregunta por qué Dios se fija en una criatura de tan corta duración, y porque Dios tiene al hombre responsable por su comportamiento. “¿Sobre éste abres tus ojos, Y me traes a juicio contigo?” v.3. El hombre es incapaz de hacerse limpio ante la presencia de Dios. Job pregunta “¿Quién hará limpio a lo inmundo?” v.4. Él mismo la contesta: “Nadie”. Sin embargo, Dios tienen interés en cada uno y “ciertamente sus días están determinados, Y el número de sus meses está cerca de ti; Le pusiste límites, de los cuales no pasará” v.5. Ya que así es, tomar tiempo para reflexionar es provechoso. Es durante la reflexión sobre esto que uno aprecia grandemente la bondad de Dios en proveernos salvación por medio de Jesucristo.

 

El salmista escribió: “Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos” Salmo 90:10. En vista de lo que uno sabe de la vida, su oración debe ser “enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría” v.12. Muchos años después cuando Pablo el apóstol escribía a los creyentes en Éfeso, les indicó como contar los días a fin de andar sabiamente: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”  Efesios 5:15-17. Para vivir la vida al agrado de nuestro Padre celestial, hemos de cuidar nuestro andar. Requiere diligencia para no tropezar ni desviarnos del camino que Él ha trazado. Incluye saber usar bien el tiempo que Dios nos da todos los días para servirle. Aprovechar bien el tiempo es usar sabiamente toda oportunidad para que Dios sea glorificado.

 

Uno quiere hacer esto con celo y devoción. Como dice el texto de cabecera, Dios ha determinado los días que hemos de pasar aquí en la tierra: “sus días están determinados”. En este día de mi cumpleaños he reflexionado sobre mi vida. Con gratitud doy gracias a Dios por permitirme llegar a los ochenta y seguirle sirviendo. Estoy agradecido. “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento” 2 Corintios 2:14. –David A. Jones.

 

Lectura Diaria:
2 Cronicas 14-15 [leer]
/Ezequiel 36:16-38 [leer]
/Juan 14:15-31 [leer]