Las Escrituras emplean los vasos como figuras de personas.  Un ejemplo es: “Tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros” (2 Corintios 4:7). El apóstol Pablo era un vaso (instrumento) escogido (Hechos 9:15). Así, veamos algunas enseñanzas que podemos extraer de estas figuras.

Estaban allí seis tinajas de piedra para agua … Jesús les dijo: Llenad estas tinajas” Juan 2:6-7

 

 

Ahora bien, el número seis sugiere una aplicación, ya que en la Biblia seis es el número del mundo en el sentido moral, así como cuatro es el número del mundo en el sentido cuantitativo. Se percibe, entonces, que estos seis vasos pueden ser tipos de individuos, y ellos a su vez tipos de la condición de la raza humana.

Se ve que es así al considerar seis personas mencionadas en los capítulos siguientes de Juan. Cada una conoció a Jesús y Él trató a cada cual conforme a su respectiva condición. Estas seis personas son: Nicodemo, la samaritana, el paralítico, la adúltera, el ciego de nacimiento y Lázaro de Betania. Consideraremos, pues, estos personajes representativos del ser humano.

La diferencia entre las primeras dos personas es tan marcada en el plano moral que se presta a contraste, pero sólo desde el punto de vista humano. No hay diferencia, según Romanos 3:22-23. El respetado fariseo de Juan 3 era tan pecador perdido como la rechazada samaritana de Juan 4.

El comentario introductorio de Nicodemo, Rabí, indica que no pensaba estar vacío. Muchos miles se han equivocado de la misma manera, pensando que pueden salvarse a sí mismos, o por lo menos aportar a la empresa. Pero si uno no se convierte a ser como niño, el tal de ninguna manera entrará en el reino. Un niño no se justifica con un “sabemos”. Por consiguiente, Jesús no le responde directamente, sino introduce un tema nuevo. Si uno no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Sea lo que fuere que Nicodemo sabía, esto estaba más allá de su comprensión. Ahora quiere saber cómo nace uno siendo viejo, y oye que es por el agua y el Espíritu. Desesperado, pregunta cómo puede ser esto. No entender estas cosas era imperdonable para un líder entre los judíos, y bien mereció la reprimenda, “¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?” ¿Acaso desconocía la profecía de Ezequiel 37 acerca de los huesos secos en el valle que recibieron el soplo de vida?

Nicodemo es representante del pecador religioso. La reprimenda surtió efecto, y ahora el Señor procede a llenar la tinaja que había vaciado. Conforme Moisés levantó la serpiente según Números 21, así el Hijo del Hombre tenía que ser levantado, para que uno tenga vida eterna al creer en él. Fue el comienzo de un día nuevo para Nicodemo. “Si alguno está en Cristo, nueva criatura —o nueva creación— es” (2 Corintios 5:17). Todo es hecho nuevo, cosa que él evidenció por su actitud en Juan 7:50 al defender a Jesús ante el Sanedrín. Esto se ve más claramente en Juan 19, cuando Nicodemo acude a la cruz y ve levantado a Aquel que satisfizo los anhelos de su alma aquella noche inolvidable.

— de Tesoro Digital – ed RC

Lectura Diaria:
1 Reyes 11 [leer]
/Jeremías 19-20 [leer]
/Filipenses 4:2-23 [leer]