Cuando Dios nos llamó por el evangelio para confiar en Cristo, lo hizo por su gracia. Esta misma gracia desde ya tiene anticipadas obras de servicio a las cuales el Señor espera que nos dediquemos para cumplir.

 

“Ellos mismos cuentan… cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera”. 1 Tesalonicenses 1:9-10.

 

Servir a Dios es un privilegio. El Único digno de ser servido es Dios. Cuando Jesús fue tentado por Satanás, le dijo: “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás” Mateo 4:10. Servir a Dios es rendir un servicio en su nombre a favor de otros. Servir a Dios es actuar por Él. Por ejemplo, se lee en Marcos 4:11, “Entonces el diablo le dejó, y he aquí, los ángeles vinieron y le servían” es decir, servían al Hijo de Dios. El principio bíblico es: “Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” Mateo 6:24. En otras palabras, el verdadero siervo de Dios no debe tener sus lealtades divididas.

 

Cuando Jesús sanó a la suegra de Pedro, ella dejó un lindo ejemplo de alguien dispuesto a servir. Tan pronto que fue sanada, se levantó para servir. Jesús “tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía” Mateo 8:15. El servicio es una manera por lo cual uno alcanza la honra y la responsabilidad. “Entonces Jesús los llamó y les dijo: Sabéis que los gobernantes de los gentiles se enseñorean sobre ellos, y los que son grandes ejercen autoridad sobre ellos. Entre vosotros no será así. Más bien, cualquiera que anhele ser grande entre vosotros será vuestro servidor; y el que anhele ser el primero entre vosotros, será vuestro siervo” Mateo 20:25-27.

 

El ejemplo del siervo por excelencia es nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Se ve en la forma en que condujo su vida. “El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” Mateo 20:28. El creyente que muestra bondad hacia los otros rinde un servicio hacia el Señor mismo. “Entonces le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o forastero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?’ Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo, que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco lo hicisteis a mí” Mateo 25:44-45 ¿Cómo es el servicio suyo? ¿Está sirviendo al Señor? –DAJ

 

Lectura Diaria:
Génesis 29:1-35 [leer]
/Job 38:1-39:30 [leer]
/Mateo 15:29-16:12 [leer]