“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” 1 Corintios 2:14
Hoy sentí la voz audible de Dios, hablándome literalmente al oído (un hermano en la fe me llamó por teléfono dándome palabras de ánimo). Hoy sentí la tibieza y el peso de las manos de Dios porque me abrazó literalmente (un hermano me dio un fuerte abrazo). Hoy Dios acarició mis mejillas, Su mano es tan suave y cálida (son las manos de mi esposa y de mi hija). ¡Dios me acaba de enviar un mensaje de texto! ¿Quién dijo que Dios no usa celulares? (un gran amigo lo envió).
Hoy Dios puso Su mano en mi bolsillo de la bata de hospital y dejó algunos billetes como ofrenda (el Dios que provee). ¡Me trajo flores! ¿Puedes creerlo? ¡Son flores del cielo! (Aunque la tarjeta tiene nombres de amigos de esta tierra). Desperté y El había dejado al lado de mi cama de hospital una nota escrita con su puño y letra (aunque usó otras manos, como hace milenios). Se acaba de retirar. Estuvo sentado frente a mi cama. Conversamos. Tenía unos setenta años, traje gris, muy sereno para hablar. Oró por mí, se fue y me regaló un libro para que leyera.
No logro acabar de escribir estas reflexiones. Me interrumpen sus llamadas, sus mensajes, sus “mimos”. ¿Cómo puede existir gente que todavía dice que no puede creer en Dios simplemente porque no le ve? Si El te rodea, te vigila, te habla, te toca. Que tú no lo percibas es problema tuyo. Hermano en Cristo, pídele a El, ahora mismo, que te dé esos ojos de la fe para poder verle. Esos oídos espirituales para oírle, esa piel sensible, no encallecida, para sentir Su toque, y deja de estar triste porque no le encuentras. Tal vez El esté caminando a tu lado disfrazado de forastero (Lucas 24:18). 0 a tus espaldas llamándote por tu nombre y ni lo notas (San Juan 20:14).
–Pablo Martini
Lectura Diaria: | ||
2 Reyes 8 [leer]
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/Jeremias 42:7-43:13 [leer]
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/Hebreos 11:1-16 [leer]
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