Mientras esperamos al Señor del cielo, hay actividades en que debemos estar ocupados. Por otro lado, es importante que uno esté preparado para el evento pues si no, el resultado es desastroso.

 

“Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.” Mateo 25:13.

La parábola de las diez vírgenes ha servido a miles de cristianos para presentar el evangelio. El tema principal es la necesidad de estar preparado para cuando venga el Señor Jesús como se ve en el verso 10, “las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta”. Conviene a cada lector preguntarse, “¿Estoy preparado para cuando Cristo venga a buscar a los suyos? ¿Tengo la preparación adecuada dentro de mí? ¿Es Cristo mi Salvador y vive el Espíritu Santo en mí?” “Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él” Romanos 8:9. El Señor Jesús terminó la parábola de las diez vírgenes con una advertencia, “velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir” v.13.

A renglón seguido, Jesús dijo otra parábola. Un hombre iba a viajar lejos, y llamó a sus siervos para entregarles sus bienes. La distribución no fue equitativa, sino “a uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno.” La entrega de diferentes cantidades tomó en cuenta la capacidad de cada siervo y conforme a ella, se los encargó sus bienes. Nadie quedó sin un talento para usar. Debían utilizar los bienes de su amo para promover los intereses de él a fin de poder entregarle la utilidad cuando llegara de su viaje. Un talento era una masa de metal, y no una habilidad personal como quien toca el piano. Es difícil calcular su valor exacto pero un talento valdría entre quince mil y veinte mil dólares. Fue más que suficiente para que el siervo pudiera negociar holgadamente. El talento representa lo que cada siervo de Dios ha recibido personalmente para generar ganancias para su Señor. Para tal fin, el conocimiento ya adquirido del carácter de nuestro Amo pesaría en el uso de nuestros talentos. ¿Cómo está usando Ud. lo que el Señor Jesús la ha entregado para ganar almas para Él? ¿Cuál es el uso que Ud. ha dado a los dones que recibió para traer gloria a su Nombre?

En el caso de las vírgenes, ellas habían de esperar pacientemente, preparadas para la venida del esposo. En el caso de los siervos, ellos habían de trabajar activamente hasta que llegara su señor. De los tres siervos que recibieron los talentos, dos cumplieron con su obligación, pero el tercero “cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor” v.18. “Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos”. Tanto él que tenía cinco como él que tenía dos pudieron demostrar que habían tomado en serio el cometido y en ambos casos duplicaron la cantidad de talentos dejados. El amo estuvo contento pues “su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel” v.21. Trabajo bien hecho, siervo bueno en su cumplimiento y fiel a los principios de su señor. La recompensa superó proporcionalmente la ganancia; “sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”. El gozo está presente cuando las expectativas son realizadas. El siervo que escondió su talento echó la culpa por no haberlo trabajado al amo. Dijo: “Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo” Mateo 25:25-26. No hubo fidelidad en él, sino es llamado “malo y negligente” y perdió todo. No era siervo verdadero, y por eso fue echado fuera. ¿Es ésta la razón porque algunos que se hacen pasar por siervos de Jesucristo hoy, en realidad no lo son y no hacen uso de lo que Él ha provisto, comenzando con recibir la salvación de su alma? Da en que pensar, ¿No es cierto? –daj