Jesús recibió prestado el pesebre cuando nació. Años más tarde Pedro le prestó su barco. En la meditación de hoy, el Señor recibe “prestado” cinco panes y dos pececillos que fueron aumentados para dar a comer a una multitud y dejó doce cestas llenas al final. Alguien prestó su asno al Señor para que entrara como Rey en la ciudad santa. Hay bendición en “prestar” lo nuestro al Señor.

 

Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.” Proverbios 23:26.

 

El evangelio de Lucas hace mención de siete cosas usadas por Jesús en una forma especial. Cada una nos enseña algo acerca del Salvador. 1. Jesús fue puesto en un pesebre prestado el cual sirvió como señal a los pastores que en verdad el Salvador prometido había llegado. 2. Pedro prestó su barco como “púlpito flotante” desde donde Jesús entregó un mensaje al pueblo. Luego ordenó a Pedro a bogar mar adentro y aunque tenía sus dudas acerca del éxito de volver a pescar, pues ellos durante la jornada no habían sacado nada, echó la red y recogió una multitud de peces. Jesús les mostró así su poder soberano.

 

3. En Lucas 9, leemos de los discípulos que se volvieron después de predicar el mensaje que Jesús les había entregado. Jesús tomó a los discípulos a un lugar solitario para darles descanso, pero prontamente llegó la gente que le siguió. ¿Se molestó Jesús? Lucas 2:11 dice: “él les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados.” Jesús estuvo siempre dispuesto a responder a las necesidades del ser humano. Cuando el día declinaba, los discípulos sugirieron que Jesús despachara a la gente para hallar alojamiento y comer. “Dadles vosotros de comer” dijo Jesús. v.13. Ellos disponían de solamente “cinco panes y dos pescados,” los cuales eran “prestados” por un muchacho que andaba por ahí. “Cinco mil hombres” comieron de los panes y peces que Jesús multiplicó. Sobraron doce cestas llenas. Hubo suficiente para todos. Aprendieron los discípulos que siguiendo la dirección del Señor, lo poco de lo humano es mucho en las manos del Señor. Hubo suficiencia y nadie se fue hambriento. Aprendieron que en Cristo hay más que suficiente para la necesidad humana. “La gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús” 1Timoteo 1:14.

 

4. Jesús se acercaba a Jerusalén en los días antes de ser crucificado. Desde Betfagé y Betania, “envió a dos de sus discípulos” indicándoles que fueran a la aldea de enfrente para tomar un “pollino atado” el cual habían de traer. Lucas 19:29-30. Jesús anticipó que alguien preguntaría “¿Por qué lo desatáis?” y los dos discípulos debieron responder: “Porque el Señor lo necesita” v.31. Exactamente como el Señor había anticipado, ocurrió, y los discípulos usaron las palabras enseñadas por Jesús; los dueños se lo prestaron. Era un animal que nunca había sido montado antes, pero con el Señor, se portó manso y dócil. Los discípulos aprendieron varias lecciones. A. Usando la palabra del Señor, hubo resultados positivos. B. El Señor tiene ciertas necesidades y nos da el privilegio de “prestarle” lo nuestro para que Él haga uso de ello. C. La misma creación, visto en el animal, se sujeta a su Creador y el animal es “privilegiado” en conducir a Jesús como Rey, entrando en la santa ciudad. Sean panes y peces en las manos de Jesús, o sea un pollino de asno bajo el control del Señor, las cosas prestadas sirven al Señor para que Él revele su gloria y su poder. El Señor quiere tomar lo nuestro en sus manos, y ejercer su poder en nuestra vida. ¿Cómo vamos a responder? –daj

Lectura Diaria:
Deuteronomio 16 [leer]
/Cantares 6:10-8:14 [leer]
/Lucas 11:1-13 [leer]