La confesión de Pedro acerca Cristo como Hijo de Dios sirve como piedra fundamental sobre la cual la iglesia es edificada y crece. Jesús mismo prometió edificar su iglesia sobre la gran verdad expresada por Pedro.
“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Mateo 16:18.
Cuando Pedro respondió a la pregunta hecha por el Señor Jesús en el sentido de opinar sobre quién era Él, Pedro declaró una gran verdad: “TÚ ERES EL CRISTO, EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE” Mateo 16:16. Jesús se refirió a esta verdad como una roca firme. La fe de los que iban a formar parte de su Iglesia tendría que fundamentarse sobre esta verdad. Ni Pedro ni los otros discípulos tendrían mucha noción a qué se refería Jesús pues ellos conocían solamente el sistema judío de tener congregaciones en la sinagoga. Cuando el Espíritu Santo llegó el día de Pentecostés para formar la iglesia, recién los apóstoles aprendieron que la iglesia de Cristo era una entidad aparte del pueblo de Israel. Cristo comenzó su obra de edificarla, obra que continúa hasta el día de hoy.
Edificar su iglesia no fue una alternativa presentada a Jesús a última hora cuando los judíos le rechazaron como su rey. Pablo escribió a los efesios que Dios tenía proyectado tener un pueblo propio de todas las naciones en un solo cuerpo. “Nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él… según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo” Efesios 1:4, 9. Este proyecto fue basado en su amor pues “en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,… nos hizo aceptos en el Amado” vv.5-6.
Cuando un individuo se convierte en hijo de Dios por la fe en Cristo Jesús, comienza a apreciar la grandeza de la obra de Cristo, la gracia de Dios y su infinita sabiduría. Con ganas testificamos: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” Efesios 1:3. La iglesia sigue creciendo y de repente Cristo vendrá a buscarla para llevarnos al cielo. ¡Qué grata esperanza! ¿La comparte Ud. con nosotros? –daj
Lectura Diaria: | ||
1 Samuel 25 [leer]
|
/Isaías 63:15-64:12 [leer]
|
/Romanos 7:7-25 [leer]
|