“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” 2 Timoteo 3:16

Sola scriptura es una expresión latina que significa “por la sola escritura”. Junto con otras cuatro o cinco frases similares en latín, resumieron las creencias teológicas básicas de los reformadores protestantes del siglo 16. Tuvo como propósito destacar y enseñar que sólo la Biblia es la palabra de Dios autoritativa e inspirada, es decir, la única fuente de doctrina cristiana, que además es capaz de ser entendida con claridad por todos y se interpreta por sí misma. Esta frase se desarrolló por la percepción de que ciertas creencias y prácticas del cristianismo—especialmente algunas enseñanzas y prácticas formuladas durante el período medieval—tenían poca o ninguna base bíblica.

Qué triste la condición del hombre que no confía en la Biblia, o que supedita la validez de su enseñanza a la opinión de hombres pecadores y falibles. Hay evidencia interna y evidencia externa que confirma la autoridad e infalibilidad de este libro. Las dudas y las contradicciones aparentes que levantan los escépticos para denunciar que contiene errores tienen respuestas satisfactorias cuando son sometidas al rigor de la lógica, el contexto sociocultural y –más importante aún—a la comprobación interna con otros pasajes de la Escritura. Dice el salmista que la exposición de la palabra de Dios alumbra el entendimiento e ilumina el alma (Salmo 119:130). Sin misticismos declara el origen del hombre, su caída, su condición actual y su destino. Quien no acepte la Biblia como palabra de Dios, está entonces en un gran problema pues todo lo que oiga, lea o piense puede ser y puede no ser, es relativo, opinable, inconstante e inestable.

Cristo y los apóstoles vieron solamente en las Escrituras la palabra infalible de Dios. Miremos estas citas de los evangelios, en palabras del Señor Jesús: “La Escritura no puede ser quebrantada” (Juan 10:35); “Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido” (Mateo 5:18); “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). Jesús mismo enrostró a los religiosos de su tiempo el hecho de que restaban autoridad a la palabra de Dios poniendo en primer lugar su tradición (Marcos 7:13). Jesús también validó el antiguo testamento citándolo constantemente: “Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos” (Lucas 24:44, ver también Lucas 24:27). Entonces, tengamos cuidado con poner por delante nuestros pensamientos y desestimar lo que Dios nos ha hablado pues la Escritura es la suprema autoridad en todos los asuntos espirituales.

¿Qué base tienen las opiniones y creencias espirituales del lector? La Biblia es el perfecto y único estándar de verdad espiritual, revelando infaliblemente todo lo que debemos creer para ser salvos y todo lo que debemos hacer para glorificar a Dios. Invitamos al lector a confiar en la palabra revelada del Dios eterno. Reciba las respuestas que Dios ha querido darnos, confíe en aquel que es soberano, “único y sabio Dios” (Romanos 16:27) quien le amó y envió a su hijo Jesucristo a morir en la cruz del Calvario por sus pecados. Crea en Cristo. rc

Lectura Diaria:
Levitico 22:1-33 [leer]
/Salmos 128:1-131:3 [leer]
/Marcos 8:11-26 [leer]