Los expertos en el uso de las palabras dicen que la palabra SUBLIME viene del latín y se refiere a la particularidad de un objeto que no admite la posibilidad de ser calculado o medido. No hay manera de explicarlo con palabras; es inefable, es sublime. Así es la gracia de Dios.

 

Una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.” Juan 9:25.

 

A los veintiún años de edad, Juan Newton tuvo cierta fama en la industria naviera alrededor del continente africano. Su trabajo no era honorable, pues era capitán de un buque que transportaba esclavos de África. Los maltratos administrados a estos desafortunados esclavos por Juan y su tripulación eran indescriptibles, según cuentan ellos mismos. Normalmente veinticinco por ciento de los esclavos morían en los viajes. Los esclavos estaban hacinados en el espacio por debajo de las cubiertas. Eran tratados peores que los animales. Juan y sus compañeros golpeaban a los esclavos por ningún motivo y violaban sin piedad a las mujeres, tanto las de edad como las adolescentes.

 

Fue una noche el 10 de Mayo, 1748 cuando se desató una tempestad en alta mar que azotaba el buque de Juan Newton, tirándolo de acá para allá como un corcho. Todos temían morir y el capitán se dio cuenta del peligro en que estaban. Aquella noche Juan Newton oró: “Dios, si nos puedes sacar de este trance, voy a cambiar mi manera de ser. Dedicaré mi vida a ti.” La maravillosa gracia de Dios y su misericordia hicieron posible que todos vieran la luz de un nuevo día en calma. Llegando a su patria, Juan Newton renunció a la capitanía, y dejó para siempre el negocio de comprar y vender esclavos. Aquella noche, la vida de Juan fue cambiada. Más tarde escribió en inglés las palabras del famoso himno Sublime Gracia. La primera estrofa traducida directamente al español reza:

  • “Asombrosa gracia, cuán dulce el sonido,
  • Que salvó un miserable como yo
  • Una vez estuve perdido, pero ahora he sido hallado,
  • Fui ciego, mas ahora veo”

O como es la versión popular,

  • “Sublime gracia del Señor
  • Que a un infeliz salvó;
  • Fui ciego, mas hoy veo yo,
  • Perdido, y él me halló.”

El himno es un favorito de miles y ha sido traducido a muchos idiomas. La letra lleva una gran verdad sobre la enorme gracia de Dios y lo que ella puede realizar en la vida del más perdido. Es cantado en funerales y tocado en esferas gubernamentales. Las personas que conocen la salvación por haber creído en Cristo reconocen que “por gracia sois salvos por fe”, es decir, por la fe puesta en Cristo Jesús Efesios 2:8. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” Tito 2:11-13. Juan Newton la experimentó la gracia de Dios en una manera muy notoria. Por cierto, hizo cambios en la vida de este malvado capitán de barco convertido a Cristo. Dos otras estrofas que compuso son:

  • “En los peligros o aflicción
  • Que yo he tenido aquí,
  • Su gracia siempre me libró
  • Y me guiará feliz.”
  • Su gracia me enseñó a temer,
  • Mis dudas ahuyentó,
  • O cuán precioso fue a mí ser,
  • Al dar mi corazón.”

¿Ha conocido Ud. la gracia de Dios? — daj

 

Lectura Diaria:
2 Samuel 20 [leer]
/Jeremías 4:3-11 [leer]
/Gálatas 5:10-26 [leer]