Tomar el nombre de este Dios en vano implica serias consecuencias. Veamos lo que nos dice el mandamiento.

“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano” Exodo 20:7

Después de declarar que su pueblo no ha de tener ídolos, Él declara que su nombre ha de ser hablado y oído con reverencia. Triste es reconocer que cuán a menudo violamos este mandamiento en nuestra conversación, en nuestra pretendida piedad y en nuestra adoración. Debemos apreciar que este Dios libertador, pero celoso, declaró su nombre a los hombres (Éxodo 3:14). Dijo a Moisés: “Yo soy el que soy”. Este fue un nombre revelado, no por carne ni sangre, no un nombre genérico y en el hecho de revelarnos su nombre, se nos da a sí mismo.

Dios declara sus atributos por medio de sus nombres en el Antiguo Testamento. Tan importante es su nombre que en su Palabra aprendemos que Él rescatará a Israel por el interés de este, su propio nombre, de su reputación personal, y no primariamente por el amor que les tenía:

“Y cuando llegaron a las naciones adonde fueron, profanaron mi santo nombre, diciéndose de ellos: Estos son pueblo de Jehová, y de la tierra de él han salido. Pero he tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Israel entre las naciones adonde fueron. Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado. Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos. Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país”  (Ezequiel 36:22-23)

Aprendemos que el 3er mandamiento no es tan simple, y somos culpables de profanarlo inadvertidamente muchas veces, como veremos más adelante.  Por ahora, que consideremos el santo nombre de nuestro Dios con reverencia y con gratitud porque nos lo ha revelado y se nos ha dado a sí mismo, para que le conozcamos. –rc

 

Lectura Diaria:
2 Cronicas 27-28 [leer]
/Ezequiel 44 [leer]
/Juan 20:1-18 [leer]