En el aposento alto, el Señor habló de la actividad del Espíritu Santo en dar a entender lo que es el pecado de la incredulidad. También destacaría la clase de justicia que Dios requiere en la vida de los seres humanos. En tercer lugar, iba a poner en claro que quienes no creen en Cristo el Señor irán con aquellos que siguen el error el diablo por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. El creyente debe entender todo esto para poder testificar.

 

Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.” Juan 15:27.

 

Cuando nuestro Señor Jesucristo habló de la actividad del Espíritu Santo que iba a enviar, agregó que además del testimonio que el mismo Espíritu daría, igualmente los discípulos lo harían. Antes de ir al cielo, encargó a sus seguidores, “Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” Mateo 28:19-20. Está claro que el Señor esperaba que los cristianos testificáramos de Él.

 

Pablo el apóstol dio enseñanza acerca de cómo debemos servir al Señor. “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” Filipenses 2:3-9.

 

Cristo Jesús es nuestro gran ejemplo. Él se preocupó de nosotros. Así dejó el ejemplo de cómo debemos preocuparnos por los demás. Pablo hizo referencia a Timoteo quien se preocupaba de otros como hizo el Señor Jesús, “a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interesa por vosotros. Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús” vv.19-21.

 

Cuesta servir a otros. Requiere humildad, ánimo pronto, y un deseo de ser una bendición para el necesitado. El Señor dijo que los que responden con amor ante la necesidad ajena serán “bienaventurados“. Es necesario aprovechar toda oportunidad para testificar y servir. La motivación es el amor de Dios que nos constriñe. Nos lleva a vivir en verdad la vida que Cristo ha puesto en nosotros. Mientras “todos buscan lo suyo propio, (y) no lo que es de Cristo Jesús” v.21, ¡seamos nosotros diferentes! Amemos al prójimo, testifiquémosle con palabras y con hechos demostrando lo que significa el amor de Dios para con el pecador. –daj

Lectura Diaria:
Levitico 4:1-26 [leer]
/Salmos 103:1-22 [leer]
/Hechos 26:19-32 [leer]