El caso de Elí y sus hijos que deshonraban a Dios deja una importante lección que es mencionada en la meditación de hoy.
“Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todos los días.” 1 Samuel 2:35.

Cuando el niño Samuel fue llevado a Silo y entregado por sus padres a Elí el sacerdote, “el niño ministraba a Jehová” 1 Samuel 2:11. El niño estaba en el lugar donde Jehová había puesto su nombre pero el ambiente no agradaba a Dios. En el mismo recinto estaban los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, ambos sacerdotes pero “eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová” v.12. ¡Qué triste condición! Jesús mismo en una prédica citó a Isaías y describió una condición similar, “este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí” Mateo 15:8. Cuando el pueblo ofrecía a Jehová, estos dos sacerdotes enviaban a un criado para exigir carne para asar. Aunque el pueblo se oponía, el criado dijo: “no, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza” v.16.

Jehová veía este pecado muy grande como un menosprecio a las ofrendas para Jehová. Por su parte, “el joven Samuel ministraba en la presencia de Jehová, vestido de un efod de lino” v.18. Se mantenían al margen de la corrupción. Elí era muy viejo y reprendía a sus hijos preguntando, “¿Por qué hacéis cosas semejantes?” v.23. Ellos no oyeron la voz de su padre, y por eso Jehová había resuelto hacerlos morir” v.15. ¿Y Samuel? “El joven Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres” v.26. No es fácil mantenerse fiel cuando los mayores siguen otro rumbo, pero Samuel supo mantenerse puro.

Elí recibió la visita de “un varón de Dios” v.27, quien le recordó de cómo los sacerdotes eran escogidos para servir a Dios. Elí fue culpado por Dios de honrar “a tus hijos más que a mí” v.29. Para los padres hay una voz de alerta. Es necesario honrar a Dios y no dar en el gusto de los hijos cuando desobedecen las enseñanzas divinas. Aunque Dios quería usar la familia de Elí en su servicio, se acabó su paciencia y Dios dijo, “yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco” v.30. Eli escuchó una noticia nefasta referente a sus hijos de parte del varón de Dios: “ambos morirán en un día” v.34. A renglón seguido vino el anuncio de lo que Dios iba a hacer. “yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todos los días” v.35. No solamente murieron los dos hijos rebeldes en el mismo día, sino también Elí cuando supo la noticia de su muerte. Aunque la familia de Sadoc le reemplazó, la profecía miraba hacia el futuro cuando el Señor Jesucristo sería el eterno y fiel sacerdote. Jesús es el “misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo” Hebreos 2:17. La fidelidad caracteriza a Dios, pues es llamado el “fiel Creador” 1 Pedro 4:19, y el saludo a las siete iglesias de Asia fue “de Jesucristo el testigo fiel” Apocalipsis 1:5. Eli y sus hijos no eran fieles, pero cuando Cristo el fiel Salvador venga con poder y gran gloria, será como el “Fiel y Verdadero” Apocalipsis 19:11. En un mundo tan lleno de corrupción, gracias a Dios por nuestro Fiel Sacerdote, Jesucristo. –daj

Lectura Diaria:
1 Samuel 28:1-29:11 [leer]
/Isaías 66:1-24 [leer]
/Romanos 8:18-39 [leer]