A través del mundo entero, hay grupos de creyentes que se reúnen en forma especial en ciertas épocas del año para escuchar enseñanza de la Palabra de Dios. En vez de ser una sola reunión, puede ser que tenga dos o tres sesiones y varios hermanos enseñadores participan. No es una práctica de estos últimos años sino antaño hacían algo similar.

Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura.” Nehemías 8:8.

 

En diferentes partes del mundo, hay congregaciones de cristianos que aprovechan ciertos días de feriados por ejemplo para reunirse a fin de escuchar enseñanza bíblica. En tales conferencias hermanos y hermanas escuchan la exposición de la Palabra de Dios y sus vidas quedan marcadas de ahí en adelante. Se dan cuenta de su responsabilidad delante de Dios de someterse a su voluntad y usar su vida para la gloria de Él. Por ejemplo, una exhortación que produce cambios en la vida dice: “hacedlo todo para la gloria de Dios” 1 Corintios 10:31. Y otra que requiere reflexión, “todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él” Colosenses 3:17.

 

Tales reuniones celebradas no son solamente de estos últimos años, sino que hubo una “conferencia” en los tiempos de Nehemías y Esdras. Cuando reconstruían en la ciudad de Jerusalén, todo el pueblo se juntó en la plaza delante de la puerta de las Aguas. Dijeron a Esdras que trajese el libro de la ley de Moisés, la misma que Jehová había dado a su pueblo Israel. ¿Quiénes fueron los asistentes? Sabemos que los que se reunieron no fue un grupo selecto y apartado, sino eran “de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender” Nehemías 8:2. Hubo niños presentes también. Y fue notable porque “los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley” v.3. Desde su lugar en la tarima Esdras comenzó orando a Dios y todo el pueblo estuvo atento y dijo “¡Amén! ¡Amén!” y adoraron a Dios.

 

Esdras tenía a sus hermanos levitas, o sea, hermanos sacerdotes que “hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su lugar” v.7. Fue enseñanza provechosa pues “leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura” v.8. Así debieran predicar los que el Señor ha llamado a entregar su palabra hoy día. Necesitamos que los predicadores lean en forma entendible y sepan dar el sentido a la lectura para que todos la entendamos. El Señor Jesús enseñó claramente en muchas oportunidades y muchos creyeron sus palabras. A las personas de su día, dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” Mateo 11:28. Sus palabras fueron entendibles y requerían una respuesta. Cuando le toca escuchar enseñanza bíblica, ¿Reacciona usted frente a sus exigencias? Jesús dijo: “el que tiene oídos para oír, oiga” Mateo 11:15. –daj

 

Lectura Diaria:
2 Samuel 2 [leer]
/Miqueas 4:9-5:15 [leer]
/Romanos 11:1-12 [leer]