A muchos de nosotros nos gustaría saber los nombres de las personas que, en forma especial, tuvieron contacto con Jesús. Por ejemplo, cuál era el nombre de la mujer samaritana que venimos considerando. ¿Cómo se llamaba el hombre que prestó a Jesús el aposento alto?… y otros. Lo que importa no es el nombre, sino cómo estos desconocidos eran bendecidos por entrar en contacto con Jesús.

 

Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva” Juan 4:10

 

No sabemos el nombre de la mujer de Sicar que venía al medio día para buscar agua. Generalmente se buscaba el agua temprano en la mañana para los quehaceres de la casa. La mujer llegó con su cántaro al hombro, buscando agua para la sed de su cuerpo, sin saber que iba a volver a la ciudad, satisfecho el anhelo de su alma por haber recibido el agua viva. “Dame de beber“, le pidió Jesús, una petición normal que cualquiera usaría si no tiene balde con que sacar el líquido del pozo. “Dame de beber” es la forma suave que usa Jesús para entablar una conversación con la mujer. Jesús está solo, pues los discípulos habían ido a la ciudad a comprar algo para comer. Si los discípulos hubieran estado en Jerusalén de Judea, o en Capernaum de Galilea, no habrían tenido que preocuparse tanto de su almuerzo, pues había discípulos del Señor Jesús en aquellos lugares que gustosamente les recibirían. Pero en Samaria no hay convertidos que les conozcan. Por eso los discípulos han dejado al Señor descansando junto al pozo mientras ellos buscaban la comida.

 

Sorprendida por la petición “Dame de beber“, la mujer se escuda inmediatamente en la rigurosa norma de la cultura. Dice ella, “¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?” Juan 4:9. Es verdad que Jesús nació judío, y por su forma física, y quizás por su lenguaje, la mujer sabía que era judío. Pero no sabe que delante de ella es el mismísimo Hijo de Dios. No sabe que está frente al Mesías que ha sido anunciado durante largos años. No sabe la identidad de la persona que le pide agua. De ella, Él sabe todo, mientras de él, ella no sabe nada. La ignorancia de ella se ve reflejada en la sociedad de hoy. Hay miles que no conocen al verdadero Jesús. El viene a hablarles por medio de un mensaje bíblico. No se percatan que Jesucristo es más que una figura de la historia. Es más que un “cansado del camino” junto al pozo. Jesús dijo a la mujer, y por extensión dice a todos nosotros también, “Si conocieras el don de Dios, y quien es el que te dice, Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva” v.10.

 

Se desprenden de esta sencilla frase del Señor Jesús, que no solamente en la mujer, sino en muchos hay ignorancia acerca del “don de Dios“. Dijo Jesús, “Si conocieras el don de Dios,” y por ello se ve que es posible ignorar qué es lo que Dios tiene para nosotros. Se destaca en la frase del Señor Jesús que lo que Dios tiene es un don, es algo gratuito, es algo que no se compra, ni se merece. El Señor Jesús dice, “Tú le pedirías, y él te daría agua viva”. Dios es un Dios de gracia. No es un negociante que haga entrega de su bondad a cambio de servicios rendidos, u obras terminadas, o dinero contribuido. “La paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” Romanos.6:23. Pronto la mujer abrió su corazón para recibir el agua viva ofrecida por el Señor. No hubo nada en su vida que mereciera tal trato bondadoso, pero el Señor había venido para dar vida eterna a quien creyera en él. –daj

 

Lectura Diaria:
1 Cronicas 4:24-5:26 [leer]
/Ezequiel 7 [leer]
/Juan 1:19-51 [leer]