La oración es el medio que Dios ha establecido para que tengamos contacto con Él. Aún Jesús oraba cuando estuvo en el mundo. Lea de este interesante tema.
“Yo he rogado por ti, que tu fe no falte” Lucas 22:32.

La oración es la línea de comunicación que Dios ha establecido para que tengamos contacto con Él. Cuando Jesús estuvo en el mundo, él oraba en diferentes circunstancias. Por ejemplo, “aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió” Lucas 3:21. Una vez hubo una multitud reunida con Él y les iba a dar a comer usando cinco panes y dos peces de un muchacho. Frente a todos los que estaban sentados esperando recibir algo para comer, “tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían” Juan 6:11. Serviría al pueblo para aprender que hay que dar gracias a Dios por lo que comemos. Los mismos discípulos le escucharon a Jesús orar “y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar” Lucas 11:2. Jesús respondió dándoles una oración modelo cuya finalidad es enseñar el contenido de una comunicación con Dios. Todo el mundo la conoce como el Padre Nuestro. No es una oración para ser repetida, ni copiada, sino sirve para enseñarnos cuáles deben ser los temas que podamos mencionar cuando oramos.

Hubo varias actividades y enseñanzas dadas por el Señor Jesús cuando estuvo con los discípulos en el aposento alto. Fue allí donde Jesús celebró la última pascua, Fue allí donde Jesús celebró la primera Cena memorial con los suyos. En aquel momento dejó establecido que los suyos se congreguen regularmente en respuesta a su petición: “haced esto en memoria de mí” Lucas 22:19. Antes de romper el pan, Jesús oró, y luego “tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos” Mateo 26:27. La oración fue su método constante de dirigirse al Padre.

En el mismo aposento alto, Jesús reveló una preciosa verdad reflejando su preocupación por los suyos. Jesús se dirigió a Pedro y le informó que Satanás había pedido zarandear al grupo de discípulos “como a trigo” Lucas 22:31. Zarandear es el movimiento brusco por el cual se desprende la paja menuda de las semillas trilladas, como el trigo. Así quiso el diablo sacudir a los discípulos para separarles de Jesús. Pero Jesús dijo a Pedro, “yo he rogado por ti, que tu fe no falte” v.32. Jesús dijo personalmente a Pedro, “YO HE ORADO POR TI”. Esta frase suena tan reconfortante que debiera haber tocado el corazón de Pedro. Jesús había orado por él porque quería que su fe no faltara. El Señor sabía que su discípulo le iba a negar y a renglón seguido anticipó que sería restaurado. Le dijo; “y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos” Las dos cartas de Pedro escritas unos años después fueron el cumplimiento de lo que pidió el Señor. Cada cristiano debe tomar aliento de las palabras del Señor pues en el cielo, él continúa intercediendo por nosotros. “Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también INTERCEDE POR NOSOTROS” Romanos 8:34. Tenemos porque sentirnos seguros pues el Señor ha dicho “Yo he orado por ti”. –daj

Lectura Diaria:
Éxodo 13:1-14:4 [leer]
/Salmos 47:1-48:14 [leer]
/Hechos 7:1-29 [leer]