La iglesia en Tesalónica era una iglesia notable por ciertas características como el amor, la paciencia, y la fe en medio de persecuciones y tribulaciones. Lea lo que Pablo les escribió.
“Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás” 2 Tesalonicenses 1:3

De las trece cartas escritas por Pablo el apóstol, las dos a los Tesalonicenses son las más tempranas. Los eruditos calculan que Pablo las escribió entre los años 51 y 52. En ambas cartas, se detecta una profunda preocupación por la salud espiritual de la nueva iglesia. Es probable que la primera carta fuera llevada a Tesalónica por Silas y Timoteo. Cuando volvieron a encontrarse con Pablo en Corinto, (Hechos 18:5), le trajeron noticias desconcertantes. Parece que algunos habían dejado de trabajar pensando que el Señor volvería pronto.

Entre los cristianos había confusión acerca del tema del Día del Señor. Además de eso, los hermanos sufrían persecución por testificar de Jesucristo. Pero había fe y amor evidente en la compañía de los santos. Pablo incluye Silvano y Timoteo en el saludo al comienzo. Distingue la congregación como “la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo” v.1. Una iglesia verdadera en un lugar es una unión de individuos salvados por la gracia de Dios. El Espíritu Santo hace su obra y los pone en el cuerpo de Cristo. Por eso tienen comunión con el Padre y con el Hijo por medio de la fe. Los tesalonicenses tuvieron fe en la promesa de la venida del Señor por los suyos. Este es siempre un gran aliciente. De hecho, de los cuarenta y siete versos que contiene la segunda carta a los Tesalonicenses, dieciocho están relacionados directamente con la venida del Señor, o sea treinta y ocho por ciento. La fuente de toda bendición es la gracia y la paz que Dios tiene disponible para los suyos. “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” v.2. Ya lo habían experimentado pues Pablo da gracias a Dios por ellos porque su fe iba creciendo. Usó una palabra que describe lo que pasa a una planta. Fue un crecimiento notable ya que usó la preposición “huper (hiper)” para destacar que el abundante incremento de su fe producía amor abundante.

Esta condición halagüeña no era de unos pocos pues mencionó “vuestra fe va creciendo, y el amor de TODOS Y CADA UNO de vosotros abunda para con los demás” v.3. La fe es la raíz de la planta y el amor es el fruto. El amor produce paciencia y perseverancia, dos características que Pablo reconoce diciendo “nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis”. ¿Acaso nuestra fe va creciendo y abunda el amor? –daj

Lectura Diaria:
2 Samuel 12 [leer]
/Habacuc 3 [leer]
/Romanos 16 [leer]