El segundo día en el evangelio de Juan nos trae al Cordero de Dios.

“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él” Juan 1:29

 

Estamos considerando la primera semana del evangelio de Juan. Veíamos que el primer  día nos muestra a Jesús como el gran desconocido. Uno que está presente pero que es ignorado. El segundo día comienza en el verso 29 con una declaración clara y categórica de Juan el Bautista: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Si en el día previo Juan denuncia la ignorancia de los hombres para con uno que está “en medio de vosotros”, en este segundo día nos señala a quien debemos conocer. De “uno a quien vosotros no conocéis” pasamos a “el Cordero de Dios”. No hay posibilidad de confundirse, Juan identifica y señala al Cristo. La Biblia es muy clara respecto del camino a tomar. Nunca hay señales ambiguas ni contradictorias. La expresión “he aquí” no deja lugar tampoco a la imaginación.

En este día Juan nos destaca además la preexistencia de Cristo (v. 30) y el hecho de que el Espíritu Santo descendió visiblemente sobre él cuando Jesús fue bautizado (v. 32). En este evento descrito con más detalle en los otros evangelios, el Dios trino se hace presente de manera evidente ratificando la excelencia de Jesús como el único enviado de Dios y el único que produce contentamiento al Padre. En este día, además, Juan termina diciendo que da testimonio de que Jesús es el Hijo de Dios y que él le ha visto (v. 34).

Muchas verdades como punto de partida para lo que vendrá más adelante. Todas estas revelaciones acerca de Cristo deben hacerse realidad en la vida de cada ser humano. El es el Cordero de Dios, preeminente, verdadero representante del Dios trino, y el Hijo de Dios que ha venido al mundo. ¿Ha conocido el lector al Hijo de Dios? o aún no le conoce… Juan parte diciéndonos que Jesús es el Cordero de Dios; él comienza señalando esto y es el mensaje principal de este segundo día de la primera semana de Juan. Como tal nos indica que es el sustituto por el pecado, el representante del ser humano que sufre y muere por el pecado del mundo bajo el justo juicio del Dios santo, haciendo posible que cada persona que cree en él sea perdonada en virtud a su muerte sustituta (1 Corintios 15:3).  Quien cree en Jesucristo cree también en su eternidad, su poder, su nacimiento milagroso, su encarnación, su muerte vicaria y su resurrección gloriosa. Juan el Bautista nos predica en este segundo día y puede decir “he dado testimonio”. ¿Ha creído usted el testimonio de la escritura? ¿Ha conocido al Hijo de Dios? –rc

Lectura Diaria:
Génesis 40:1-23 [leer]
/Salmos 18:1-29 [leer]
/Mateo 23:1-39 [leer]