¿Te gustaría escuchar un mensaje del más allá?

“La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.” 1 Juan 1:7

En la ciudad de Burlingame, estado de California, Estados Unidos, vivía un hombre llamado Robert Barrows. Hace tiempo estaba preocupado del asunto de la muerte e interesado en desarrollar tecnología que permitiría a los muertos hablar con los vivos. En la información suministrada acerca de su proyecto, nada hay que sugieriera el uso de brujos o médiums. Solamente buscaba un mecanismo que haría posible que los muertos dejaran un mensaje para los vivos. Creía que sería valioso si fuera posible que el ocupante de un sepulcro conversara con personas que casualmente estuviera visitando el cementerio. Ibcluso, solicitó una patente para una lápida habilitada para desplegar un mensaje en video del ocupante sepultado. La idea es que antes de morir, la persona grabe un mensaje en video y sea dejado con su abogado junto a su testamento final y otros documentos. La lápida en el sepulcro tendría una pantalla que al ser tocada haría funcionar una memoria para entregar el mensaje. El sistema eléctrico del mismo cementerio suministraría la energía necesaria para hacerla funcionar.

 

Muchos años antes que el Sr. Barrows hubiera pensado en buscar la tecnología para grabar un mensaje de algún muerto, muchas personas ya lo habían recibido. El mensaje vino no en forma audible, por supuesto, ni aún en forma de palabras en una pantalla, sino estando presente cerca de un cadáver en un ataúd, la muerte les había hablado. La Biblia dice: “Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón.” Eclesiastés 7:2. Seguramente muchos que leen estas lineas han estado en algún veltatorio o servicio fúnebre, y en presencia de sollozos y llantos, se han dado cuenta cuán final es la muerte de un ser humano. Es el final de un camino del cual no hay vuelta en esta vida. Los sabios consideran al difunto y se dan cuenta que algún día les va a tocar a ellos. Y ¿dónde estará su alma? Siempre la muerte golpea fuerte, aunque la persona haya estado agonizando durante varios días y su deceso es esperado. De repente los tesoros acumulados en la vida parecen como juguetes de niños abandonados por que no sirven. Los compromisos que imponían su urgencia en la vida ahora son como papeles archivados y olvidados. La prioridad que dábamos a ciertas actividades en la vida apenas tienen importancia en presencia de la muerte. Parece que el mensaje de la muerte es: “Acuérdate que no eres invencible. Eres un ser humano frágil y mortal. Algún día te va a tocar.” En presencia de la muerte, muchos piensan en Dios y por algunos minutos se dan cuenta que no deben seguir dejándole fuera de su vida. Amós el profeta entregó un reto al pueblo de Israel años atrás: “prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel.” Amós 4:12 El mensaje es aplicable a todos.

 

Jesús mismo habló de un hombre rico que murió. No había pantalla, ni computadora, ni chip. Pero había un mensaje de ese hombre muerto. Lo dicho por el difunto es penetrante y penoso. Algunas personas pefieren no leer la historia en Lucas 16: “y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.” El Señor Jesús enseñó que después de la muerte hay dos destinos, uno en el paraíso en la presencia de Dios para los que creen en Dios. Y luego habló del infierno adonde van los que no tomaron a Dios en cuenta. El destino de cada uno es determinado durante los años de vida pasados aquí en la tierra. Una vez pasado el umbral de la muerte, no hay manera de revertir las decisiones ya hechas. Al rico le fue dicho: “Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.” El rico tuvo su memoria intacta en el más allá. ¿Cuál ha de ser su destino? Hay otro mensaje de la muerte mencionado en la Biblia. Génesis capítulo 4 relata la historia de Caín y Abel. Los dos ofrecieron a Dios un sacrificio. Caín fue rechazado porque su sacrificio no estaba conforme a los que Dios pedía, más Abel trajo un animal cuya sangre derramada sirvió para que Dios le perdonara su pecado. Caín se enojó y mató a su hermano y Dios le llamó la atención por su pecado. Y ¿Abel? Hebreos 11:4 dice: “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.” Aunque está muerto, Abel no manda un mensaje. ¿Cuál es el mensaje del muerto Abel? Hay un solo sacrificio que satisface a Dios, pues “la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.” 1 Juan 1:7. No necesitamos tecnología para recibir mensajes de los muertos. Hace tiempo los tenemos en la Santa Biblia. ¿Lo has escuchado?  —daj

Lectura Diaria:
Éxodo 36:1-38 [leer]
/Salmos 89:1-18 [leer]
/Hechos 21:17-40 [leer]