A veces resulta difícil entender el texto de cabecera. Hay cosas que acontecen en nuestra vida que nos producen alegría y luego hay otras cosas que nos llenan de tristeza. ¿Cómo hemos de entender esto? Tener amor para con Dios es una condición para encontrar la respuesta.

 

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” Romanos 8:28.

 

Miles de creyentes en Cristo han experimentado acontecimientos en su vida que no saben explicar fácilmente. A veces se trata de no recibir una promoción anhelada en el trabajo, o un accidente que deja a un ser querido discapacitado. Nos preguntamos, ¿y estas cosas ayudan a bien? Los versos 26 y 27  de Romanos 8 dan a entender quien está involucrado en los asuntos de nuestra vida. El Espíritu Santo “nos ayuda en nuestra debilidad pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”. Hay comunicación entre las tres personas de la Trinidad y “el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos” v.27. Estos versos explican que el mismo Espíritu Santo intercede por nosotros queriendo desarrollar nuestro carácter para que redunde para la gloria de Dios y nuestro beneficio.

 

Todo lo que el Dios hace es para nuestro bien. Si internalizamos esto, será para nuestro gozo. Sin embargo, para que recibamos beneficio de la lección siendo enseñada, se requiere amor, “los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”. Esto significa no dudar de la sabia intención de Dios para obrar a nuestro favor. El creyente obediente acepta lo que Dios permite en su vida. El efecto de “las cosas” se siente en el día de hoy. Aunque ocurren en el tiempo presente, tiene proyección hacia el futuro. El Espíritu intercede, Dios responde al Espíritu, el creyente experimenta algo en su vida, hay condiciones que cambian, para que TODO AYUDA A BIEN.  La situación requiere fe para creer que Dios lo hace para nuestro bien. Es otro beneficio de la obra de Cristo.

 

No es necesario conjeturar o escoger cuáles de las experiencias deban ser tomadas en cuenta, ya que la Biblia dice que TODAS LAS COSAS. El bien es para el tiempo presente y también futuro. A veces el Señor nos concede un gran favor como obtener una habitación de mayor tamaño, o una posición de importancia. Algunos logran tener vehículo. Lo que sea el acontecimiento en nuestra vida es para nuestra bien y Dios espera que respondamos utilizando lo que Él provee o hace a fin de glorificar su santo nombre. Dios nos salvó por su gracia. ¿Con qué propósito? No es por algo en nosotros, sino por un propósito que Él tiene en mente. Nos  “predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo” v.29. Al saber que Dios está obrando en nuestra vida, con fe fortalecida seguimos adelante. –daj

 

Lectura Diaria:
1 Reyes 17 [leer]
/Jeremías 29 [leer]
/Filemón [leer]