En un Estado de Derecho los fallos que son emitidos se basan en los testimonios de los testigos. Es interesante leer en Lucas 11:31 que el Señor Jesús hizo referencia a un mujer llamada “La reina del Sur”. Veamos un poco más.

“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán” Lucas 13:24

Jesús dijo que la Reina del Sur, la reina de Sabá, se levantará en el juicio como un testigo cuya historia demuestra su afán para conocer y oír la sabiduría de Salomón. Largos kilómetros anduvo la Reina de Sabá para visitar a Salomón para recibir respuestas a sus preguntas, y convertirse en una adoradora de Jehová. Su historia se halla en 1 Reyes 10:1-13. En su país al sur de Egipto llegaban los marineros del distante Israel. Navegaban por el Mar Rojo y comerciaban para intercambiar mercadería. La reina supo que no sacrificaban a los dioses que los otros pueblos servían. Tenían la costumbre, raro en aquel entonces, de adorar a un sólo Dios. Su nombre era Jehová, y decían que El era el Creador de todas las cosas.

Decían que este Dios había aparecido en un sueño a Salomón, cuando recién empezó a reinar, y le ofreció cualquiera cosa que él eligiera. Salomón había escogido la sabiduría sobre todas las cosas, pero Dios también le prometió las riquezas y el poder y larga vida como recompensa por su elección tan acertada. Decían que Dios había cumplido con Salomón, y que por esto él tenía tanta fama. La reina de Sabá suponía que algo exageraban, pero de todos modos, no descansó hasta dejar todo en orden para su larga ausencia, durante el tiempo en el que fuera a conocer a Salomón.

No resultó fácil, sin embargo, llevar a cabo este proyecto. Además del viaje largo e incómodo por el calor de los días y el frío de las noches del desierto, ella tenía que correr el riesgo que le significaba pasar por tierras desconocidas. ¿Valdría la pena? Sí. La importancia de su búsqueda justificaba el sacrificio. Ella era sabia, y por lo tanto, sabía que su propia sabiduría no era suficiente para llevar a cabo el propósito para el cual Dios le había dado la vida. Quería saber más, y estaba dispuesta a hacer sacrificios para aprender lo que le hacía falta.

El Señor Jesús destacó la necesidad de no dejarse vencer cuando uno busca la verdad. Muchos son los impedimentos que desvían al ser humano en su búsqueda, y Satanás es un enemigo que engaña y presenta a la puerta ancha como la preferida. La puerta ancha es la puerta del error. Jesús dijo: “Esforzaos a entrar por la puerta angosta” (Lucas 13:24). La puerta angosta solamente admite a aquellos que con sinceridad y fe en el único Salvador obtienen la salvación que Dios ofrece como regalo, como un don. La Reina quedó satisfecha con lo que Salomón le enseñó. Y he aquí, “más que Salomón” está aquí: es el Señor Jesús que satisface todo anhelo del ser humano para conocer la verdad. –DAJ

(Continúa)

Lectura Diaria:
Números 20 [leer]
/Proverbios 17 [leer]
/Santiago 1 [leer]