La doctrina es el conjunto de enseñanzas que conforman el fundamento de nuestra fe. Es importantísimo que cada uno sepa cuál es la fe dada a los santos para ser creída y practicada. En su libro de un sólo capítulo, Judas hace mención de este importante tema. 

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.” Judas 1:3.

Con la proliferación de los sitios en el Web y el acceso cada vez más fácil al Internet, hay muchos peligros que tientan a la juventud, tan diestra para navegar con rapidez. Hay sitios totalmente impuros y muchos padres sienten desazón cuando descubren que sus hijos han estado llenando su mente con basura. Pero hay otro tipo de sitios que son limpios en cuanto al lenguaje y la presentación visual, los cuales reclaman tener base bíblica. Sin embargo, no todos son confiables y muchos no guardan relación con “la fe (o doctrina) que ha sido una vez dada a los santos”. Cuando Judas escribió sobre el tema de la doctrina, la palabra que usó indicó que fue entregada al pueblo de Dios una vez y para siempre. La doctrina cristiana es la que el Señor Jesús entregó a los discípulos y los primeros cristianos “perseveraban en la doctrina de los apóstoles” Hechos 2:42. La doctrina que fue entregada una vez y para siempre está en Biblia, esparcida a través de muchos pasajes. Cuando se toma tiempo para leerlos y cotejarlos, se forma un concepto claro de las Doctrinas Fundamentales de la fe cristiana.

Judas requiere de los destinatarios que debieran contender ardientemente por mantener la pureza de la doctrina, evitando que ideas humanas disminuyan su integridad. Pablo exhortó a los hermanos en Tesalónica: “estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra” 2 Tesalonicenses 2:15. Los hermanos de la iglesia tenían que preocuparse individualmente y en conjunto por la doctrina. Timoteo como individuo tuvo un encargo especial para el cual se quedó sirviendo al Señor en Éfeso. “Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina” 1 Timoteo 1:3.

El cuidado en la enseñanza de la doctrina es la marca de un buen siervo de Jesucristo. “Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido” 1 Timoteo 4:6. Produce un efecto protector sobre el maestro que enseña. Además preserva a los que son instruidos del error. Por eso es llamada la sana doctrina por el bien que hace. A todos nos corresponde tomar en serio lo que dijo Pablo a Timoteo, “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” 1 Timoteo 4:16. Haciendo esto, se escapa de aceptar y creer doctrinas erróneas. –daj

Lectura Diaria:
Deuteronomio 10:12-11:32[leer]
/Cantares 1-2:7 [leer]
/Lucas 9:18-36 [leer]