“Métete en la peña” Isaías 2:10

La figura de la roca es apreciada por David en el Antiguo Testamento. En el Salmo 18 el poeta emplea muchas analogías para referirse a la fortaleza  y solidez de Dios. En los primeros versículos David llama a Jehová “roca mía”, “castillo mío”, “mi libertador”, “Dios mío”, “fortaleza mía”, “mi escudo”, “fuerza de mi salvación”, “mi alto refugio”.  Es notorio cómo David se apropia de estas características, de la misma manera en que un creyente en Cristo del día de hoy puede apropiarse de la provisión, seguridad y protección divinas: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Juan 10:28-29). Aquí Jesús nos enseña acerca de la doble protección del que confía en él. El creyente está en su mano, y además en la mano de su Padre.

No obstante lo anterior, en el pasaje de Pablo a los Corintios que hemos estado considerando, Dios nos enseña que es posible haber disfrutado de las bendiciones de Dios, de su protección y su cuidado… y perderse para siempre. Es que Dios en su gracia bendice a todos, y quien escucha su Palabra puede beneficiarse de ella y de su revelación pero sin ejercer la fe que salva, está perdido. Israel estuvo bajo la nube, comió alimento espiritual y bebió de la roca espiritual que era Cristo, y sin embargo la mayor parte del pueblo pereció. ¿Hay algún hijo de creyentes a quien pudieran aplicarse estas palabras? ¿Hay alguna persona que ha estado “bajo la nube” y sin embargo no será salva? La presencia de Dios en el desierto, visible para todos al mirar la nube, también es real en los hogares de los creyentes cuando su palabra es abierta en la mesa. Es real en la congregación de los salvos cuando es expuesta, estudiada y enseñada. Es real en la predicación del evangelio, es real en una conferencia bíblica (Mateo 18:20).

Entonces, debemos reconocer que todos nosotros también hemos estado bajo la nube. ¿Cómo así? Bueno, de todos quienes han estado expuestos a la Palabra de Dios puede también decirse que han estado bajo la nube, han comido del alimento espiritual y han bebido de la roca espiritual, Cristo mismo. La pregunta es si esta roca es salvación para todos o de los más de quienes le han visto y gustado Dios no se agradará y serán finalmente condenados por no haber creído a su Hijo ni haberle recibido como salvador. No por nada está también escrito que el Señor es “piedra de tropiezo y roca que hace caer” (1 Pedro 2:8). Contéstese el lector la pregunta: ¿Es esta Roca eterna su “refugio y salvación” o “piedra de tropiezo y roca que hace caer”? Reciba a Cristo mientras ofrece salvación, no sea que “tentemos a Cristo, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes” (1 Corintios 10:9). No tiente el lector al Señor, refúgiese en la roca de salvación, y será salvo. rc

Lectura Diaria:
Levitico 7:11-38 [leer]
/Salmos 107:1-43 [leer]
/Hechos 28:17-31 [leer]