Profesamos tener fe pero se requiere una prueba para que se vea demostrada. Abraham tuvo una prueba muy grande. Lea de ella. 

“Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito.” Hebreos 11:17. 

El concepto de Dios probando al hombre data de la creación. El árbol en el medio del huerto de Edén fue el único del cual Adán y Eva no debían comer. Dios advirtió de las consecuencias si no tomaran en serio su prohibición, y cada uno de nosotros sabe cuán dolorosa ha sido el castigo. Abraham fue probado varias veces, pero la prueba que más que se destaca está en Génesis 22: “probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.” v.1. Al decir, “Heme aquí”, Abraham está diciendo, “a tus órdenes”. La prueba no tuvo por objeto atraparle en algún pecado, pues Dios “no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie” Santiago 1:13. El objetivo fue dar a Abraham una oportunidad para glorificar a Dios, confiando plenamente en sus propósitos. Abraham salió airoso en la prueba y a través de ella, su sinceridad y la fortaleza de su fe dan evidencia de cómo era un hombre que supo confiar en Dios en la prueba más difícil.

Una prueba revela lo que hay de virtud en una persona. En el caso de un estudiante, revela cuánta información ha absorbido de la materia enseñada. El Dios omnisciente sabe de antemano la capacidad del individuo para enfrentar una prueba antes de permitirla. El objeto de la prueba no es para mostrar si soy capaz de soportar la prueba, sino demostrar el nivel de mi dependencia de Dios al obedecerle. Una prueba no revela nada desconocido por Dios, sino revela el verdadero nivel de fe del probado. “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?” Santiago 2:21. La fe que Abraham profesaba delante de los hombres fue respaldada por su obediencia en la prueba.

Los judíos eruditos, estudiantes del Antiguo Testamento explican que la palabra hebrea “probar”, en Génesis 22:1, es “nisah”, derivada de otra palabra que significa “bandera”. Una bandera que flamea por encima de un ejército o en un buque o en la fachada de una embajada identifica con orgullo el país al cual pertenece, y lo honra. Así una persona que soporta una prueba honra a Dios y le trae gloria. Un botón de rosa contiene todos los pétalos de la rosa misma, pero la flor abierta es más esplendorosa. Abraham arriba de la montaña con el cuchillo en su mano a punto de degollar a su hijo, es una figura más gloriosa que cuando estaba al pie de la montaña despidiéndose de los siervos llevando el cuchillo en su mano sin hacer nada. La prueba reveló la férrea fe de Abraham. Una prueba que empuja al individuo al límite de su capacidad demuestra lo que la persona se es. –daj

Lectura Diaria:
Josué 14-15 [leer]
/Isaías 10:5-34 [leer]
/1 Tesalon. 1-2:12 [leer]